SALUD Y BIENESTAR

Histamina: la intolerancia más difícil de detectar

Publicado el 03.01.2024  - 9 minutos
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Por Magdalena Cabrera
@mcabreran

Migrañas, mareos, distensión abdominal, alternancia entre estreñimiento y descompostura, gastritis, urticaria, rosácea, psoriasis, rinitis, congestión nasal y asma. Son algunos de los síntomas tan disímiles que puede provocar la intolerancia a la histamina por déficit de DAO, un mal que se estima padece entre el 10% y el 15% de la población mundial y sobre el cual en Uruguay recién se comienza a tomar conciencia.

La histamina es una amina biógena que produce el organismo humano y que está involucrada en las respuestas del sistema inmunitario, así como en funciones del estómago y del sistema nervioso central, tales como la relajación o contracción muscular y el ciclo vigilia-sueño. Pero también existe la histamina exógena, presente en algunos alimentos y que no cumple ninguna función orgánica. Por eso, lo correcto es que el organismo la elimine. Cuando esto no sucede comienzan los síntomas, que muchas veces se presentan como alergias, pero no lo son. “En realidad, es una pseudoalergia y es lo que se llama histaminosis, que es la acumulación de histamina”, comentó a Galería Clara Elvers, licenciada en Nutrición y miembro de la red española de déficit de DAO (Diamino Oxidasa­), organización que, junto con la Universidad Católica (UCU), ha comenzado a investigar sobre el tema en Uruguay.

En la mayoría de los casos, “la causa principal­ (de la histaminosis) es una alteración en el metabolismo dada por el déficit de DAO, una enzima que tenemos en el intestino que corta la histamina de los alimentos y la elimina”, explicó Elvers. Cuando la cantidad de DAO no es suficiente, este no puede cumplir su función y la histamina comienza a acumularse en la sangre primero, y luego en los distintos tejidos, causando los síntomas iniciales. De allí que la patología se denomine intolerancia a la histamina por déficit de DAO.

“Dependiendo de dónde se aloje la histamina, los síntomas que aparecen. Por esta razón, cuesta tanto realizar diagnósticos. Los síntomas son inespecíficos”, señaló Patricia Caro, profesora del Departamento de Bienestar y Salud de la Universidad Católica. “Una persona puede tener migrañas y para eso va al neurólogo, pero a la vez puede tener distensión abdominal y entonces consulta al gastroenterólogo. Son dos profesionales totalmente aislados, que cada uno ve lo suyo, y se hace muy difícil llegar a un punto común”, afirmó la licenciada en Nutrición.

Diagnóstico y tratamiento. En el ámbito científico mundial hace aproximadamente 20 años que se viene estudiando sobre el déficit de DAO y su relación con la histamina. Incluso en los últimos años ha habido un boom de publicaciones sobre el tema. Sin embargo, en Uruguay hace apenas un par de años que comenzó a aparecer en la agenda de la comunidad científica y médica. “Recién estamos empezando. La UCU se puso la camiseta y nos ha dado su apoyo para investigar y difundir”, comentó la integrante de la red española de déficit de DAO. A modo de ejemplo, señaló que en Argentina el tema está bastante más avanzado. Ya existe una agrupación de pacientes, la patología se declaró como una enfermedad poco frecuente y es un asunto que se está tratando en el Ministerio de Salud. Más aún, tienen disponibles los test confirmatorios de la intolerancia. Estos son el test genético y el test de actividad de DAO.

En Uruguay, recién en diciembre llegaron los primeros test genéticos, que los hace el laboratorio Cavica. En tanto, si el paciente desea­ hacerse el test de actividad de DAO lo más cercano, por ahora, es Buenos Aires. Más allá de esto, Elvers manifestó que como la mayoría de los pacientes tienen déficit de DAO por cuestiones genéticas, contar con el test genético ya es un paso importante. El otro test sirve para diagnosticar cuando la intolerancia está asociada, por ejemplo, a una patología digestiva, como el SIBO (sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado, por sus siglas en inglés).

Hasta ahora, los pocos diagnósticos realizados en Uruguay se han hecho de forma clínica, a partir de los síntomas, y los únicos profesionales especializados en el tratamiento de la intolerancia se encuentran en la Unidad Integral de Alergia, una clínica privada. Para realizar el diagnóstico clínico, lo primero que debe tener en cuenta el médico es la presencia de dos o más síntomas en distintos sistemas. Por ejemplo, migrañas (sistema nervioso central) y distensión abdominal (sistema digestivo). Luego, descartar cualquier otro tipo de enfermedad, como alergias y celiaquía. Cuando esto está descartado, se debe comenzar a trabajar en un posible diagnóstico de déficit de DAO.

Para eso se plantea un tratamiento cuya primera fase consiste en una dieta estricta, baja en histamina. Durante cinco o seis semanas­ se retira de la dieta del paciente cualquier alimento que pueda contener histamina, como espinaca, cítricos, frutilla, ananá, kiwi, chocolate, alimentos en proceso de deterioro (carnes o pescado) y fermentados, como chucrut, pepinillos, los quesos curados (parmesano, sbrinz, camembert, brie, azul), kombucha, cerveza y vino. “Si al cabo de esas semanas el paciente siente mejoría, nos encaminamos al diagnóstico”, afirmó Elvers.

El siguiente paso consiste en reincorporar de a poco estos alimentos en la dieta, empezando por los que tienen menores niveles de histamina. “El proceso de reintroducción es empezar a jugar con ciertos alimentos, llevando un orden y protocolo. ¿Cómo le va comiendo media naranja? Tal vez un paciente lo tolera, pero otro no. Se trata de ir conociendo la tolerancia individual de cada uno”, comentó la experta en déficit de DAO.

A su vez, explicó que la reincorporación de estos alimentos se debe a que “no está bueno, desde el punto de vista social, emocional y psicológico, mantener una dieta restrictiva por tanto tiempo. Como se trata de una intolerancia y no de una alergia, lo ideal es ver hasta dónde esa persona tolera cada alimento” para poder incorporarlo a su dieta, agregó.

Actualmente existe una pastilla, todavía no disponible en Uruguay, que ayuda a controlar los síntomas por un período corto. Se trata de la pastilla de la enzima (DAO), que en Estados Unidos y Europa está catalogada como alimento, pero con fines terapéuticos. “Por ejemplo, si vas a un casamiento, 15 o 20 minutos antes de empezar a comer tomás la pastilla y podés tomar y comer tranquilo”, explicó Caro. Por su parte, Elvers resaltó: “Te da más flexibilidad, pero no cura. El tratamiento siempre va a ser la dieta y conocer los límites de cada uno”.

Además de los alimentos existen otros factores externos que también pueden incidir en el exceso de histamina. Estos son: el estrés, el ayuno, la actividad física intensa y, en las mujeres, los días previos a la menstruación. Al respecto, la experta llamó a tener cuidado con el ayuno intermitente, que actualmente está de moda, y a llevar un control de la alimentación pre y posentrenamiento en el caso de los deportistas. Por el contrario, indicó que durante el embarazo se produce “algo muy particular”, ya que la placenta produce DAO. “Generalmente, a partir del segundo trimestre las mujeres que tienen déficit de DAO comienzan a sentirse mejor e incluso pueden liberarse de la dieta restrictiva”. Igualmente, necesitan ser controladas muy de cerca, ya que si el aumento de DAO no se da y la histamina llega al bebé, puede provocar un aborto espontáneo. En los casos de mujeres embarazadas que ya tuvieron un diagnóstico de intolerancia a la histamina, el test de actividad de DAO se vuelve imprescindible porque es la manera de controlar si hay aumento de la enzima o no, sin poner en riesgo al bebé.

Alergia o intolerancia. Muchas veces la intolerancia a la histamina se confunde con alergia. “Cuando un paciente viene y me dice que tiene alergia a la naranja, puede ser que la tenga, pero la mayoría de las veces es una pseudoalergia, ocasionada por el déficit de DAO”, señala Elvers. En este sentido, explicó que la diferencia principal entre la alergia y la intolerancia es que en la alergia hay participación del sistema inmune, mientras que en la intolerancia no. En la intolerancia lo que falla es una enzima que no metaboliza bien y, por lo tanto, no cumple su función. En este caso, la DAO.

Otra diferencia es que en general las alergias se dan a las proteínas, por ejemplo, a la proteína de la leche de vaca. En cambio, la intolerancia se da a los azúcares o carbohidratos. Siguiendo el ejemplo de la leche, sería a la lactosa, que es el azúcar de la leche. Al respecto, la experta explicó que la intolerancia a la histamina cambia todo lo que se sabe de intolerancia, dado que no es un carbohidrato, es una amina biógena. “Es la excepción. Por eso, de las intolerancias es la más difícil de detectar”. A esto se suman los síntomas tan diversos que puede provocar.

Caro, por su parte, llamó la atención sobre el hecho de que en Uruguay no exista aún la obligatoriedad de declarar los alérgenos en el etiquetado nutricional de los alimentos. “Hoy en día una persona que está en tratamiento no tiene cómo saber si está consumiendo algún alérgeno por contaminación cruzada, por ejemplo”. Elvers coincidió y señaló que Uruguay se encuentra en “desventaja” con la región, dado que la mayoría de los países vecinos sí tienen declaración obligatoria. De hecho, en Sudamérica los países que no la tienen son Bolivia, Ecuador, Perú y Uruguay. “Es una complicación para el paciente y para mí, como nutricionista. Tengo que estar contactando a las industrias, preguntando si hicieron el análisis y si declaran o no. Al final, terminás recurriendo a productos importados, de la región o de Europa, Estados Unidos o México. En la intolerancia uno lo puede manejar un poco más, pero en los alérgicos complica mucho el tratamiento”.

Caro recordó que hace unos años, aproximadamente en 2016, se presentó un proyecto de ley para obligar a las industrias a realizar la declaración de alérgenos, pero la iniciativa no prosperó y desde entonces no se volvió a tratar el tema en el Parlamento. De allí, la importancia de investigar y difundir estos temas.

Salud y bienestar
2024-01-03T11:55:00

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