ALMA DE MERCHANTE

Piero Atchugarry: “Me gusta que resalte el trabajo y yo quedarme en otro plano”

Publicado el 24.01.2024 - 5 minutos

Foto: Mauricio Rodríguez

Por Sofía Supervielle Villalba
@so.fiasofia

Nombre: Piero Atchugarry • Edad: 37 • Ocupación: galerista, director de Fundación Pablo Atchugarry y miembro de la junta ejecutiva del MACA • Señas particulares: se casó en una isla griega; solo ve películas cuando viaja en avión; es determinado

Se crio en Italia. ¿Qué recuerda de su infancia allá? Algo concreto que me acuerdo, de cuando tenía tres años, es la escuelita y de cuando me hice mi primer amigo, Pietro. Hoy somos mejores amigos, él vive en Estocolmo. Yo era muy tímido de chico.

¿Y ahora? En realidad, sigo siendo tímido (ríe).

¿Es por eso que se encuentran pocas cosas de usted en Internet? No sucede lo mismo con su galería. Qué interesante. Es algo que sale espontáneo, no lo pienso. Me gusta que resalte el trabajo y yo quedarme en otro plano.

Dicen que de chico jugaba mucho al Play Station. ¿Es cierto? Sí, era muy geek. Me encantaba.

Después de Italia vivió en Londres y en Nueva York. ¿Qué recuerda de esas experiencias? A los 21 me fui para Londres y luego a Estados Unidos a estudiar una maestría. De lo que más me acuerdo es de la sensación de estar sumergido en arte, todo el tiempo, en Nueva York. Es una jungla y todos los días había inauguraciones de exposiciones. Me llegaba un newsletter con todas las inauguraciones y me costaba elegir qué visitar, eran olas de exhibiciones por semana. Fue una aventura. Además, la ciudad puede ser un caos, siempre hay edificios en construcción, andamios que cortan veredas, es genial.

¿Cuántos idiomas habla? Bien, ninguno (ríe). Pero hablo, hasta sueño, en español, italiano e inglés. Estoy aprendiendo francés. Escucho noticias en francés todos los días.

Tiene amigos por todo el mundo y usted vive en Uruguay. ¿Cómo se mantiene una amistad a distancia? Es un tema (ríe). Tenés que realmente hacer tiempo en el año para ir a verlos. Tengo un grupo de amigos, del colegio, en Italia y muchos que me hice en Londres, pero ellos están dispersos por el mundo.

¿Está casado? Sí, me casé en una isla griega en 2022. Ahí logré juntar a varios de mis amigos de todo el mundo.

Siempre supo que quería ser galerista. ¿Cómo? Siempre tuve alma de merchante. Con siete años, mientras todos jugaban al fútbol, yo vendía los juguetitos que vienen dentro de los huevos Kinder con distintos precios, dependiendo de qué personaje era más difícil de conseguir y cuál no. A eso, que lo tengo en la sangre, se le sumó el mundo del arte. Papá siempre nos llevó a museos y galerías. Entonces se mezclaron ambas cosas.

¿Cómo es su relación con su padre, Pablo? Muy buena, es como una amistad.

¿Y con su madre? Rebién también, ella vive en Italia.

Cuando abrió la primera sede de su galería, Piero Atchugarry Gallery, dudaba si abrirla en Nueva York o en Pueblo Garzón. Eligió la segunda. ¿Por qué? Porque tenía el interés de que venga gente de afuera a Uruguay. Muchas personas no emprenden porque esperan algo perfecto, a tener todo pronto. Creo que hay que tirarse al agua. A veces, soy impulsivo. La galería hoy cumple 10 años, que también es residencia de artistas, y tiene sede en Miami.

Dicen que es determinado e independiente. ¿Se identifica con eso? Sí.

También dicen que piensa en grande pero que, al mismo tiempo, tiene los pies en la tierra. Soy bueno tomando decisiones rápidas, veo la imagen grande y no los detalles. Con eso nos equilibramos con mi equipo, que me ayuda a bajar a tierra y planificar.

Si pudiera tener una charla con cualquier galerista o coleccionista de arte, ¿con quién sería y por qué? Con Leo Castelli, que es sobre quien hice la tesis de mi maestría. Siempre me gustó entender el enfoque de los merchantes de arte, estudiar sus modelos.

En su tiempo libre, ¿hay algo que le guste hacer que no se relacione con el arte? No (ríe).

¿Qué está leyendo en este momento? Building a Story Brand, de Donald Miller. Me gustan esos libros que tienen que ver con emprender, que me enseñan algo en particular. También escucho muchos audiolibros, en general cuando manejo, de ese estilo.

¿Le gusta el cine? Veo películas cuando viajo en avión. No tengo Netflix, pero sí tengo cuenta en una plataforma de masterclasses en la que podés ver clases dirigidas por directores de empresas, de fundadores o de creativos de grandes marcas. La música me encanta, pero cuando alguien más la pone. La única vez que pongo música yo mismo es cuando hago ejercicio (ríe).

Ha dicho que aconseja en lo laboral encontrar el camino propio y lo que a uno le emociona personalmente. ¿Sigue creyendo lo mismo? Sí, 100%. En cuanto a los estudios, creo que uno tiene que armar su perfil. La forma estándar de antes para formarse en algo me parece que ya no aplica más. Hoy el mercado laboral es cada vez más competitivo y los estudios son más personalizados. Se necesita aprender otras habilidades además de lo estándar. El otro día conocí a un chico de 22 años que ya estaba emprendiendo su proyecto de tecnología mientras terminaba el liceo. Hoy alguien puede haber estudiado algo pero tener otros intereses, así poder conectar todo y armar un perfil propio.

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