Primera bailarina del BNS
Paula Penachio: "Preferí retirarme antes de empezar a luchar para bailar"
La primera bailarina del Ballet Nacional del Sodre se despide de los escenarios con Raymonda, el próximo estreno de la compañía
Fotos: Mauricio Rodríguez
Luces, público, aplausos. Una función en la que se ponen en juego los —literalmente— cientos de horas de ensayos; en la que la diaria pero inalcanzable búsqueda de la perfección, propia del ballet, se vuelve especialmente tentadora. Hay quienes se aceleran ante esa inevitable adrenalina que tiene el escenario. Otros se bloquean, o se sumen en un profundo control de la técnica para evitar la mínima —probablemente imperceptible para el público— falla. Algunos se lucen más en el salón de clases o en los ensayos que en las funciones. Paula Penachio no duda: su lugar de máximo disfrute y esplendor es el escenario. No encuentra muchas palabras para explicarlo; está acostumbrada a expresarlo todo —pasión, energía, sacrificio, gratitud— a través del baile. Pero es algo así como estar ¿poseída? “Hay gente que me dice que guardo todo para el escenario, pero hago lo mejor que puedo también en el salón. Cuando llego al escenario algo se transforma. No sé explicarlo. Me siento bien, firme. Puedo bailar y disfrutar de lo que estoy haciendo. Y estar ahí es lo que más me gusta, obvio”, dice la primera bailarina del Ballet Nacional del Sodre (BNS) mientras reposa cada una de sus palabras en una delicada gesticulación de sus manos.
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