LA CICATRIZ DEL DESAMOR

Gustavo Cordera: “Una vez que miras adentro tuyo te das cuenta de que no hay nada afuera para resolver ni cambiar”

Publicado el 07.02.2024  - 5 minutos
imagen de Gustavo Cordera: “Una vez que miras adentro tuyo te das cuenta de que no hay nada afuera para resolver ni cambiar”

Foto: Mauricio Rodríguez

Por Milene Breito Pistón
@mileneb_

Nombre: Gustavo Cordera • Edad: 62 • Ocupación: Cantante y músico, exvocalista de Bersuit Vergarabat • Señas particulares: Practica ayunos para desintoxicarse, todas las mañanas escribe sus pensamientos a puño y letra, La Paloma es su refugio

¿Va a la playa? Con Laira, mi perra. Miro lo que ella hace para imitarla. Empecé a tomar agua de mar gracias a Guagua­, la anterior. Con ellas aprendí a morder arena, ponerme barro en el cuerpo, volver a ser un niño. Ya me asesinaron una vez y desde ese momento mi niño interior está liberado. Aquella condena social fue el acto fundacional de mi nuevo ser, mi personaje necesitaba morir. Fue providencial para mí, Dios me dijo “te voy a matar”, pero me besó la frente.

¿Qué queda del pelado Cordera? El pelado es divertido, guarro, provocador, es un tipo que ahora está más grande, más viejo, y se puso más bueno, aunque algún peligro me genera su presencia. Antes mucho más que ahora. No podía habitarlo, es un personaje avasallante que no solo avasallaba a la gente, me avasallaba a mí. Y no me podían parar con nada, viví experiencias de impunidad total hasta que en un momento decidí bajarme solo, después de llenar el estadio de River. Me daba cuenta de que me iba a morir, ya tenía 45 años y mi corazón no iba a aguantar mi intensidad ni mi dolor. La tristeza de haber conseguido el éxito y no haber reparado nada, al contrario, sentirme peor. No lo disfruté, pero en ese momento necesitaba sufrirlo, no disfrutarlo. El sufrimiento es el verdadero maestro, otros tienen como maestro a la indolencia; van por la vida como si no sintieran nada y piensan que están en mejores condiciones que yo porque sufro. Esas personas están en el horno.

¿Cree que vivimos en un loop? Sí, de harina, azúcar, pensamiento de escasez, miedo, violencia, distracciones, ira y frustración, depresión, adicción. Y la adicción no es un problema en sí mismo sino el síntoma. Necesito compulsivamente aferrarme a algo porque no puedo compartir lo que me pasa, porque es lo que nos está pasando a todos, y si lo digo estoy rompiendo con ese pacto secreto que tenemos los seres humanos de vivir en la miseria. Yo sé que vine a sufrir. Si hay algo que agradezco en esta vida es haber conocido el desamor, porque es el motor de todas las canciones y lo que nos hace parecernos entre todos. 

¿Cómo se descubrió como músico? Fui bendecido por un espíritu artístico al que estuve mucho tiempo sin darle valor. Yo entraba al baño y salía con una canción, no había ningún tipo de esfuerzo en componer. Entonces no fue una decisión, más bien fue por necesidad. La de armar una banda, ser famoso, estar con chicas, vengarme de un amor no correspondido, consumir drogas… Era joven, 27 años. Tenía una agencia de autos, era licenciado en Comunicación, tenía pareja, una vida armada. Ahí llega mi primera muerte, rompo con todo eso y empiezo a vivir en la calle. Tomé la decisión de lastimarme, de sufrir, porque me hacía sentir más leal a mi familia. Su programa siempre fue la escasez y la miseria, y yo los estaba traicionando porque me estaba yendo bien. Tuve experiencias marginales con un montón de gente marginal y en ese aturdimiento nunca me detuve y las cosas me fueron encontrando a mí. 

Hasta el amor. ¿Cómo se conocieron con Stella? Fue en un concierto de la Bersuit. En el momento en el que yo quería estar con muchas mujeres, una de las que había en el camarín era ella, la hermana de Pepe Céspedes, el bajista. Lo que más me atrajo fue su ingobernabilidad, siempre fue y sigue siendo ingobernable. Somos dos ingobernables. Ya vamos 35 años y todavía no sabemos cómo lo logramos. Recién ahora estamos empezando a darnos cuenta. Nos separamos mil veces, fue tormentoso. Nuestros hijos no podrían atravesar semejantes tormentas, hoy las parejas se rompen rápidamente porque no se dan la posibilidad de que la fricción genere luz. A la mínima ya están frustrados, se reclaman. “No me entendés”, y sí, si no te entendés ni vos. Pero una vez que ves dentro tuyo te das cuenta de que no hay nada afuera por resolver ni por cambiar.

Habla poco de sus hijos, ¿cómo vive la paternidad? Los protejo. Soy muy protector. Mis hijos y mi compañera aprendieron a sobrevivirme porque la protección te puede asfixiar. Soy una persona muy gregaria: si sos parte de mi manada, contá conmigo para que yo dé mi vida por vos. No lo pienso ni un segundo. Hay un costado animal en todo esto, vivo mi paternidad como un mamífero.  

¿Es cierto que no mata moscas ni mosquitos? Nada. Mi padre falleció en agosto y hace poco fui a un brujo que me dijo que él estaba esperando charlar conmigo por última vez. Yo no había podido despedirme. En casa tenía un grillo que nunca nos dejaba dormir, y al otro día del ritual con el brujo lo encontramos muerto en el hall. En realidad no estaba muerto, solo movía una patita. Lo tomé en mi mano, le empecé a dar gotitas de agua con la yema del dedo, él iba tomando abriendo el pico con esos tentáculos que tiene, y cuando terminaba de tomar me agradecía con una vibración. Tuve una experiencia de 28 horas con él, logré ser el grillo. Lo acompañé a que partiera, y cuando partió, lo sentí en el corazón. Después supe que el grillo es símbolo del canto, mi papá era cantante y me transmitió el canto a mí. No pude estar con él los días que agonizó hasta morir, así que estuve a través de ese grillo. ¿Cómo podría yo después de eso pisar a uno?

Personajes
2024-02-07T14:47:00