Maitena fue la protagonista del cuarto Desayuno de Búsqueda

Publicado el 15.06.2023  - 4 minutos

En el cuarto encuentro de Desayunos de Búsqueda, el director periodístico del semanario, Andrés Danza, y la editora jefa de Galería, Carolina Villamonte, entrevistaron a la historietista argentina Maitena. La decisión que tomó hace años de vivir en La Pedrera fue el disparador de la charla, en la que Maitena comentó que la vorágine de Buenos Aires la agota y que prefiere levantarse al amanecer tomando mate cocido y viendo el cielo. “Soy solitaria, me gusta leer, me gusta escribir, me gusta dibujar (…) y ni que hablar la naturaleza, que es el mayor lujo”. Según dijo, no puede disfrutar de estas cosas en la ciudad porteña, porque siempre tiene algo que hacer. “En Buenos Aires vivo en pleno centro y me entero si hay luna llena por el teléfono”.

En relación con sus inicios aseguró que su principal escuela fue el trabajo. “Siempre fui medio cabeza de chorlito para lo técnico. En el colegio me pasaba con matemáticas, no entendía nada, resolvía los ejercicios a mi manera. Para dibujar me pasa lo mismo, es un proceso largo de trabajo”, contó. Es por este rasgo que también se toma su tiempo en los dibujos, ya que hace muchos bocetos para pequeños detalles. Respecto a sus maestros, respondió que su inspiración vino de copiar a los que admiraba, como Quino, Fontanarrosa y José Muñoz.

Trabajando en la revista argentina Sex Humor fue perfeccionando distintas técnicas: “Lo que yo quería era trabajar (…). Fui madre soltera a los 17 años, no había estudiado nada”, relató. Sus padres se enteraron mucho tiempo después de que trabajaba en una revista de erotismo. El secreto se develó cuando la tía de Maitena, que llevaba el mismo nombre y era “una solterona profesora de latín y pianista”, recibió una revista en su oficina y los compañeros le preguntaron si era ella la que realizaba esos dibujos: “Debe ser mi sobrina”, contestó. De esa manera, sus padres se pusieron al día sobre las actividades de la sexta de sus siete hijos. A la artista no le importó que se conociera su fuente laboral, porque era la manera en la que ganaba el dinero, sin pedirle nada a nadie.

En la revista Sex Humor uno de los misterios que la rodeaban era si Maitena era nombre de mujer o apellido de hombre. “No estaba mal la pregunta (…), había muchos lectores que se sorprendían. En los 80, todas las historietas que leía estaban dibujadas por hombres”, contó. “A mí nunca se me pasó por la cabeza que había una posibilidad de dedicarse a eso”. Cuando empezó a hacer humor y erotismo, lo hizo con una visión feminista: “La época era machista, homofóbica, racista, los chistes era malísimos y el deseo siempre era masculino, la mujer era el objeto de ese deseo”; “yo hago personajes siempre de mujeres que están calientes, que son deseantes y les pasan cosas”, comentó.

Más tarde, esa experiencia le sirvió cuando la llamaron de la revista Para Ti para hacer Mujeres Alteradas. “Primero dije: no lo voy a poder hacer. Pero era muy buena plata, con una editorial muy sólida y un sueldo fijo por mes. Lo intenté y fue un éxito”, recordó.

Maitena aseguró que nunca se autocensuró, pero también reconoció que previo a las redes sociales no había una devolución directa tan inmediata de la gente, ni haters. Sobre la presencia de caricaturas en diarios y revistas, nota que muy pocos las incluyen, y en algunos casos ni les pagan. “Vendí dos millones de libros pero ahora mis tiras las ven gratis en Instagram. Yo trabajo por dinero. O me pagan o no lo hago”, afirmó.

Acerca de su exposición Las mujeres de mi vida en el Centro Cultural Kirchner, en Buenos Aires, resaltó la importancia del trabajo de la curadora Liliana Viola al seleccionar sus dibujos y destacó el encuentro con sus lectoras, en especial con madres e hijas. “Hablar mal de la familia y del amor son mis temas favoritos”, aseguró entre risas, y contó que su madre es “la insufrible number one”.

Sobre el final de la charla, Maitena recibió un retrato realizado por el caricaturista de Búsqueda, Junior: “Está bueno el dibujo, pero ¡qué vieja que estoy!”. Sin embargo, reivindicó la madurez en la mujer: “Cuando para ser joven hay que pasar trabajo es porque ya no sos joven. Estoy viviendo una serenidad que nuca tuve”.

Maitena, que dibuja y escribe pensando en mujeres, se siente orgullosa de haber dejado una huella: “Ahora sabemos que lo único que queda en un mundo que se cae a pedazos es el amor”.

En el cierre los invitados la aplaudieron de pie y formaron fila para tomarse fotos y pedirle autógrafos.

Fotos: Adrián Echeverriaga y Lucía Durán

Mirador
2023-06-15T15:14:00