La noche que Luis Miguel se reencontró con sus fans uruguayas

Publicado el 19.03.2024  - 4 minutos

Como si no hubiera pasado tiempo, después de 12 años Luis Miguel volvió a presentarse en Uruguay el sábado 16 de marzo, en el estadio Centenario. Cada una de las 35.000 personas que atravesaron las puertas recibió una pulsera que se encendió con la primera canción y cambió de color a gusto de algún operador del show, sincronizando las pequeñas luces de la multitud.

El clima empezó a gestarse una hora antes del comienzo, previsto para las 21 horas, con la proyección de un amanecer en las pantallas gigantes. Cuando el sol llegó al punto más alto, justo a la hora indicada, comenzaron a sonar los primeros acordes, acompañando un video que repasaba la trayectoria del sol mexicano, desde su infancia hasta hoy. 

Luis Miguel apareció en el escenario con los aplausos y gritos de un público que lo esperaba ansiosamente. Llevaba una sonrisa; traje, camisa y corbata impecables y, sin decir una palabra al público, cantó uno de sus grandes clásicos de los 90: Será que no me amas. Tres coristas vestidas de lentejuelas doradas lo acompañaban, además de una banda con algunos integrantes ya históricos en las giras del cantante.

El repertorio siguió con Amor, amor, amor y después con Suave, dos temas en los que las miles de personas que esperaban esta canción volvieron a ver a Micky haciendo sus clásicos movimientos pélvicos. 

Por si faltaba algo para volver a enamorar a sus fans, empezaron las baladas. La primera fue Culpable o no, y el público uruguayo demostró su entusiasmo cantando y moviendo las manos de un lado a otro, esta vez con luces blancas. 

Uno de los momentos altos de la noche llegó a un escenario que emulaba un cielo estrellado con Hasta que me olvides, una de las favoritas de los fans, que la cantaron a todo pulmón. Incansable, Luis Miguel siguió con Dame, que entonó moviéndose de un lado al otro del escenario. Después fue el turno de dos de las canciones más esperadas, Por debajo de la mesa y No sé tú, que cantó con un tempo y melodía que al público le costó seguir. 

Solo deteniéndose para tomar agua, Micky­ siguió con Como yo te amé, Somos novios y Todo y nada. Después llegó el momento de los duetos. Primero, con una imagen de Michael Jackson­ en pantalla, sonó la voz del estadounidense alternada con la de Luis Miguel en la canción Sonríe, versión en castellano de Smile. Con esta modalidad cantó, junto a Frank Sinatra, Come Fly With Me.

Mientras un dron sobrevolaba el estadio, captando imágenes en vivo para las pantallas, la noche volvió a dar un giro hacia los primeros éxitos del cantante con Un hombre busca una mujer y Oro de ley. La pantalla se llenó de pétalos rojos y continuó con Fría como el viento y Tengo todo excepto a ti. Con su característico “¡¿Cómo dice?!”, el sol mexicano incitó al público a cantar con él el estribillo de Entrégate, otro tema que no podía faltar.

El único respiro que se tomó Luis Miguel fue para cambiarse el traje por una camisa negra, mientras una banda de mariachis tomaba el escenario con La fiesta del mariachi y la bandera de México como telón de fondo. Micky se unió para cantar con ellos La bikina, que terminó en una explosión de papelitos sobre el público. Las rancheras cerraron con La media vuelta.

La noche siguió con No me puedes dejar así, un tema que cantó por primera vez a los 13 años y que seguramente las fans de la primera fila, que con vinchas de soles sacudían carteles que decían “Uruguay te ama” y “Quiero subir a darte un beso”, conocían de memoria. Después sonó Palabra de honor y otra que es casi un himno: La incondicional.

Con Te propongo esta noche empezó la última parte del concierto. El sol bailó junto a sus músicos y, en un momento, tomó el dron y se filmó junto su banda. El público enloqueció cuando empezó a tirar una a una varias pelotas negras con el logo de la gira: Luis Miguel Tour 2024. La fiebre grupal siguió cuando sonó Ahora te puedes marchar, La chica del bikini azul e Isabel.

Ya iba más de una hora y media de concierto cuando los fuegos artificiales confirmaron que la noche llegaba a su fin. Una vez más, en vez de dirigirse al público uruguayo con palabras (algo que molestó a muchos), Luis Miguel eligió saludar, mirando en todas direcciones, como agradeciendo a todo su público, el de la platea baja y el de las tribunas altas. Y al final, hizo una reverencia. 

Fotos: Adrián Echeverriaga

Mirador
2024-03-19T00:26:00