Una vid que abraza el espíritu marino
Las Espinas, un proyecto ambicioso
La apuesta esteña de Bodega Bouza incluye un viñedo, un restaurante de gastronomía local, deslumbrantes vistas y una bodega en construcción
@ClemenDelacroix
La historia de la creación del viñedo Las Espinas se remonta al año 2008, cuando Bodega Bouza compró a Colonización tierras en el cerro Pan de Azúcar para probar el comportamiento de sus vinos en condiciones distintas a las de sus viñedos del sur (Melilla, Las Violetas y Canelón Chico). Quizá la génesis sea anterior y date de 2007, de un viaje a una exposición de vinos en Burdeos de los directores de la bodega, Juan Bouza, Elisa Trabal y Eduardo Boido. Allí lograron vender el stock de mercadería que tenían en la primera cita de la mañana a un comprador belga y el resto del tiempo se dedicaron a disfrutar. Decidieron ir a una degustación de merlot que cerraba con una etiqueta de Château Le Pin, que estaban ansiosos por degustar pero que terminó opacada frente a un riesling que les convidaron antes de comenzar la cata. “Nunca habíamos probado algo tan bueno”, recuerda el enólogo Eduardo Boido. “Estaban espectaculares”, asegura Juan Bouza, y cuenta que fue cuando coincidieron en que algún día tendrían que hacer algún vino así.
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