Gastronomía | Reseña

Entre chiles, maíces y frijoles, viajar con el paladar

El tiempo avanza en La Lupita, pero el espíritu y el sabor mexicano permanecen intactos
Publicado el 12.11.2021 19:56  - 5 minutos
Por Marcela Baruch Mangino

En México, las cantinas y las taquerías no suelen ser lugares elegantes, son espacios simples con el foco puesto en el sabor de la comida mucho más que en la decoración. Por esta razón, no es de extrañar que La Lupita, el restaurante mexicano que desde hace 24 años oficia como  embajada de la sazón azteca en Uruguay, sea fiel a esta esencia. El mexicano Huascar Irazoque y la uruguaya Iberia Pampin fundaron este espacio gastronómico en 1997. Originalmente estaba ubicado en un pequeñísimo espacio en Gaboto y Uruguay, pero dos años después se mudaron a su local actual, en Punta Carretas. Ambos se conocieron en México, pero criaron a su familia en Montevideo. Su hija, Valeria, quien desde la pandemia lleva adelante el negocio, llegó con tres años al país. Durante su infancia sus padres se dedicaron a otras actividades, hasta que al cumplir los 16 años decidieron dejarlo todo para traer aquello que extrañaban, la comida. “La idea siempre fue reproducir la cocina mexicana lo más fiel posible, tuvimos que importar productos como nopales, achiote y tamarindo para conseguir los sabores tradiciones. La Lupita siempre tuvo una impronta familiar, yo estudiaba y ayudaba a veces en la sala. Mamá cocinaba”, cuenta Valeria. 

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