Charlas candentes
¿Puede ser beneficioso hablar de sexo con amigos?
Entre el alarde y la honestidad oscilan estas charlas, que pueden ser útiles y tranquilizadoras, o potencialmente dañinas.

Una persona adulta no habla de sexo con todo el mundo por dos simples razones: sentido común y ubicación. Con las personas con las que sí habla, probablemente no hable igual. Con unas podrá jactarse, con otras limitarse a escuchar y apenas con unas pocas podrá ser verdaderamente honesta. Algunas personas, no obstante, llegan a la adultez sin haber hablado nunca de sexo con un/a amigo/a. En el otro extremo están quienes tienen al sexo entre sus tópicos favoritos y parecen no cansarse de repetir hazañas, supuestamente propias, supuestamente reales, en cualquier sitio y con cualquier interlocutor. Dicen que el que más habla de sexo es el que menos lo practica. Y dicen, también, que esta fanfarronería esconde mucha inseguridad.
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