EMPRESA | Colegio Santa Elena
Pablo Cayota: “Apostamos por la enseñanza en libertad y para la libertad”
El director general del Colegio Santa Elena repasó la propuesta de la institución con sedes en Buceo y Ciudad de la Costa
Foto: Mauricio Rodríguez
A sus 138 años, el Colegio Santa Elena apuesta a una educación personalizada en un marco de socialización para que cada alumno pueda rendir al máximo de sus capacidades y construir un proyecto de vida con sentido.
El director general de la institución, Pablo Cayota, dialogó sobre esto y otros aspectos que hacen a la propuesta educativa en un año especial para el Santa Elena, ya que la sede de Ciudad de la Costa cumple 30 años.
¿Cómo resumiría la propuesta educativa del colegio?
Combinamos la innovación con la tradición, lo que es clave en la educación. En el Santa Elena acompañamos el crecimiento y personalizamos los procesos de enseñanza y de aprendizaje. ¿Qué significa personalizar? No es ponerle una institutriz individual a cada alumno, sino que es ajustar la propuesta de enseñanza a las capacidades y características de cada uno, en un marco de socialización, porque nadie aprende solo, se aprende con otros. Apostamos por la enseñanza en libertad, que es una de nuestras premisas fundamentales, y para la libertad, desde una identidad de inspiración cristiana. Pero somos acérrimos defensores de la libertad de pensamiento y de elección. La diversidad para nosotros no es un problema, sino que es una riqueza y una oportunidad. Sobre esa base desarrollamos una propuesta educativa con un ratio docente-alumno muy adecuada que permite procesos de personalización, pero también crecimiento social.
Por supuesto que la educación en valores es una tradición del colegio y no un eslogan de marketing. Hoy lo hemos traducido en “el buen trato”, ya que consideramos que es una estrategia fundamental que hay que cultivar en los niños, adolescentes, funcionarios y familias.
¿Qué nivel de inglés alcanza un alumno promedio al egresar del colegio?
Somos una institución bilingüe por adición, con un modelo que respeta la lengua materna. Nuestro sueño es que los alumnos del Santa Elena tengan el mejor inglés posible, por eso ofrecemos exámenes internacionales de Cambridge. En sexto año de Bachillerato hay alumnos que dan el Proficiency y antes otros exámenes, como el First Certificate. En ese año los estudiantes viajan a Oxford, en Inglaterra, donde tienen una actividad de inmersión en la lengua de tres semanas. En sexto de escuela tienen otro viaje de inmersión a la lengua inglesa. También enseñamos portugués de forma optativa.
¿Qué relevancia le dan a la práctica deportiva?
Apostamos al deporte como un elemento educativo fundamental. Tenemos las mejores instalaciones aquí dentro y también contratamos espacios como Enfoque, Club Malvín o el Club Arrayanes Complejo Deportivo, con quien tenemos una alianza estratégica.
Tenemos educación acuática desde Inicial hasta tercer año de escuela, incluida en la cuota del colegio. Consideramos que en un país como el nuestro, que tiene 500 kilómetros de costa, la educación acuática es fundamental y va más allá de aprender a nadar.
También ofrecemos handball, fútbol, básquetbol, vóleibol, hockey y gimnasia artística. Algunas disciplinas son obligatorias y otras entran en el marco de lo electivo. Nuestro modelo educativo hace que cada uno pueda desarrollar una trayectoria acorde a sus necesidades y capacidades.
A su vez, contamos con papi fútbol, mami hockey y mami handball. Exalumnos quedan vinculados a la institución a través de la Liga Universitaria, en la que tenemos muchos éxitos deportivos y una gran comunidad.
¿En qué proyectos se involucran los alumnos más allá de lo curricular?
Fomentamos el pensamiento computacional con un proyecto transversal que recorre desde los primeros años hasta el Bachillerato, adaptado a cada realidad con lo que llamamos Maker Space, un lugar para aprender haciendo. Tiene mucho que ver con la robótica, el arte y la ciencia.
Tenemos el proyecto Tortugas y Limpieza de Playas, que fue premiado en el exterior por la Organización Mundial de Educación Inicial. Con la organización Karumbé, niños de cinco años recogen tortugas dañadas y acompañan al grupo en su cuidado, les ponen nombre y luego las sueltan en el agua. Aprenden sobre el medioambiente, que el nylon les hace mal a las tortugas, y además aprenden a cuidar, a nombrar y a soltar, que no es sencillo.
A través del proyecto Identidades, los chicos aprenden a hacer líneas de tiempo y a recuperar su identidad, involucrando a sus familias. También tenemos una iniciativa con la que traemos niños del interior del país a ver el mar por primera vez y Expedición Uruguay, que nos permite viajar al interior profundo y no turístico a conocer lugares poco visitados e intercambiar con niños de escuelas rurales durante ocho días.
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