Contando hasta 10 y con un mundo de juguetes en lugar de cielo, una rayuela lleva directo a un verdadero túnel del tiempo. El Juguetero, sobre la calle 25 de Mayo, no podría encajar mejor en otro barrio que no fuera la patrimonial e histórica Ciudad Vieja. Es un museo, pero no exhibe arte sino juguetes antiguos: 2.500 para ser exactos, de una colección de más de 25.000 piezas que se van rotando en sus vidrieras. Todos ellos son propiedad de Eduardo Balduccio, pero tienen su propia mochila cargada de historias. “¿Sabés cuántos niños jugaron con esto?”, es la frase con la que el Juguetero se enorgullece de su muestra.