La misma voz
Tracy Chapman, la que nunca se fue
Fue estrella casi a pesar suyo y ahora volvió a estar bajo los reflectores a partir de su interpretación en los últimos Grammy
@leonelgarcia76
El inicio. El estadio de Wembley de Londres reventaba de público ese 11 de junio de 1988. Era el concierto homenaje a los 70 años de Nelson Mandela, aún un prisionero del apartheid en Sudáfrica. Como había pasado con Live Aid tres años antes, estaba la flor y nata del rock y el pop: Sting, George Michael, Peter Gabriel, Eurythmics, Bee Gees, Simple Minds, UB40, Dire Straits, Whitney Houston y Stevie Wonder, entre otros. Había unas 74.000 personas en el histórico campo inglés; entre 600 y 1.000 millones de televidentes asistían a través de transmisiones en más de 60 países. La idea, que sería conseguida con creces, era apuntalar la imagen de Madiba como un líder negro injustamente encarcelado por un régimen racista —algo de lo que hoy no duda razonablemente nadie—, en contraposición a la que predominaba hasta entonces en muchos medios occidentales: la de un terrorista.
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