INNOVADOR Y DESCONOCIDO

Agua del río Sena para refrigerar París

Publicado el 12.02.2024  - 5 minutos
imagen de Agua del río Sena para refrigerar París

Por Gabriela Pallares
@gabrielapallares

París diseñó el sistema de refrigeración urbana más extenso de toda Europa con aguas del río Sena para reducir el uso de aire acondicionado y las emisiones de carbono, manteniendo museos, edificios públicos, centros comerciales y hoteles a temperatura agradable.

La Gioconda y la Venus de Milo se resguardan inmutables mientras las calles parisinas arden bajo el sol de verano. Y es que los interiores de los edificios emblemáticos de la ciudad se mantienen frescos aun cuando las olas de calor superan los 40 °C.

El sistema que hace esto posible es tan poco conocido como innovador: se trata de una red de refrigeración urbana (la más grande de Europa) que se expande a lo largo de 90 kilómetros de tuberías subterráneas dispuestas estratégicamente para rebajar las altísimas temperaturas de verano en sitios como el Museo del Louvre, el Gran Palacio o la Asamblea Nacional.

Siguiendo un complejo proceso de enfriamiento, el sistema se alimenta de aguas del Sena­ que son transportadas en túneles y tuberías bajo tierra y que actúan como un frigorífico­. El objetivo de este sistema de refrigeración es reducir el creciente consumo de aires acondicionados y, por lo tanto, el gasto de energía y las emisiones de carbono.

Este programa se enmarca en un objetivo más ambicioso que París está llevando adelante desde hace, al menos, una década, liderado por la alcaldesa Anne Hidalgo, con la visión de lograr una profunda transformación en los niveles de contaminación ambiental y acústica que produce la ciudad.

Son varias las medidas que se han tomado en este sentido, como la eliminación de hasta el 40% del asfalto en la zona céntrica, severas restricciones de tránsito y estrategias para producir energía limpia. A su vez, el gobierno francés promulgó una ley que exige que todos los edificios públicos se construyan al menos en un 50% en madera u otros materiales sostenibles.

En busca de cumplir sus objetivos climáticos hacia 2040, la ciudad de las luces planea triplicar su sistema de refrigeración a 250 kilómetros­, ampliándose a la zona sur de París y llegando a hospitales, escuelas, residenciales y estaciones de metro. El sector residencial todavía permanece sin explorar debido a los múltiples desafíos asociados a la propiedad individual y a las obras que implicarían esas conexiones.

Fachada del edificio de la Asamblea Nacional de Francia visto desde el Sena.

Fachada del edificio de la Asamblea Nacional de Francia visto desde el Sena.

De alcanzarse esta ambiciosa meta de expansión, París se convertiría en la ciudad que posee la red de refrigeración más grande del mundo, superando a las de Múnich, Hong Kong, Singapur, Dubái y Ginebra; esta última, una de las incorporaciones más recientes a este proyecto de refrigeración urbana que, en 2022, anunció el acondicionamiento de unos 50 edificios mediante tecnología de avanzada que obtiene sus insumos del lago Lemán.

La llegada de los Juegos Olímpicos de París 2024 ha significado el impulso por parte de autoridades nacionales de dar un paso más hacia la consolidación de una ciudad más verde. Sabiendo que las miradas del mundo entero estarán en el escenario deportivo de la ciudad anfitriona, la Villa Olímpica será un gran complejo de funciones mixtas, construido en madera y concebido como un ecobarrio al norte del río Sena, que abastecerá de refrigeración a todo el predio.

-

El funcionamiento del sistema. La compañía parisina encargada de llevar adelante la gestión de este servicio es, desde hace dos décadas, Fraicheur. Hoy se llega a poco más de 750 clientes y el costo por megavatio-hora de refrigeración resulta en 137 euros.

El sistema funciona a través de un circuito cerrado que absorbe el calor de las grandes estructuras para devolver el agua caliente a las estaciones de refrigeración, donde baja su temperatura con un gas refrigerante hasta llegar a unos 4 °C. El agua filtrada vuelve a ingresar al circuito para proporcionar frescura a un grupo de edificios entrelazados.

Todo el proceso se desarrolla en cuatro niveles de una estación conformada por un extenso laberinto de bombas y tuberías que, gracias a que está enclavada varios metros bajo tierra, garantiza la tranquilidad de los ciudadanos sin rastros de ruido.

A pesar de su eficiencia, las centrales de enfriamiento requieren cierta electricidad para funcionar. Sin embargo, desde 2022 proviene de fuentes renovables, luego de que se instalaran plantas solares en puntos estratégicos del territorio francés.

Con la puesta en marcha de este sistema se evita que los edificios equipados con climatización individual expulsen el calor interior hacia el exterior, favoreciendo las llamadas islas de calor urbanas que contribuyen al calentamiento global.

Además de emitir zumbidos y calor residual, los aires acondicionados tradicionales consumen mucha electricidad, lo que puede cargar las redes y provocar apagones. En contrapartida, cada kilómetro de tuberías de refrigeración añadido evita un grado más de calor en la ciudad y evita también agravar esa diferencia de temperatura in-out.

Por supuesto que la implementación de estas redes combinadas de refrigeración también tiene sus desventajas: altos costos de inversión, instalación de tuberías subterráneas y conexión de edificios. Pero los expertos aseguran que el potencial ahorro vale el dinero y el esfuerzo.

Arquitectura, innovación y diseño
2024-02-12T12:56:00

LEÉ TAMBIÉN