Cocina y diseño

10 restaurantes en clave de diseño

La tendencia del mercado muestra una nueva forma en la que los uruguayos experimentan salir a comer, donde convergen la alta cocina con el diseño innovador

Publicado el 04.09.2023 - 9 minutos

imagen de 10 restaurantes en clave de diseño

Foto: Lucía Durán

La tendencia del mercado muestra una nueva forma en la que los uruguayos experimentan salir a comer, donde convergen la alta cocina con el diseño innovador

El circuito gastronómico de Montevideo y su zona de influencia está en pleno auge. Cada vez crece más la propuesta de restaurantes y hay opciones para todos los gustos. Este movimiento viene acompañado de una nueva forma en la que los uruguayos experimentan salir a comer, que lleva a la convergencia entre la alta cocina y el diseño innovador a través de espacios que estimulan no uno, sino varios sentidos.

La búsqueda de experiencias únicas en un mundo digitalizado, el rescate de ciertas tradiciones, la popularidad de concursos gastronómicos en la televisión, la viralización de contenidos foodies en redes sociales, una mayor accesibilidad a viajes (y por lo tanto a conocer otros mundos culinarios) y nuevas generaciones de cocineros-artistas son algunos de los factores que acompañan esta tendencia que llegó para quedarse.

En esta redefinición de la experiencia gastronómica importa el valor de la comida casera, la elección de los muebles y hasta de la vajilla, la atención personalizada, la disposición de mesas, el diseño de iluminación, la curaduría de los platos. Todo, incluso el más mínimo detalle, contribuye a la narrativa que el restaurante quiere transmitir a los comensales.

En un recorrido que atraviesa la ciudad de punta a punta, Galería seleccionó 10 paradas obligadas que, con su elevada propuesta de cocina y particular diseño de espacios, hacen de la ruta gastronómica montevideana —y cercanías— una conexión de historias, culturas y sensaciones.

Concreto

Foto: Lucía Durán

Concreto es una de las últimas novedades de la escena gastronómica capitalina. Abrió hace cuatro meses, luego de un año de obra intensa y de la mano de una propuesta descontracturada basada en la alta cocina. El lugar, sobre la calle Andes, lo diseñó uno de los ocho socios del restaurante, el arquitecto Lucas Ripani, quien ya venía con experiencia en el rubro al otro lado del Río de la Plata. Es un espacio para disfrutar de cada detalle, en cualquier momento del día, en familia o con amigos. La delicadeza de los interiores se traslada a los emplatados que son muy atractivos visualmente. Destacan los tapeos con degustaciones para los más amplios paladares y una cava propia de vinos. La cafetería está abierta todo el día y ofrece café de especialidad con una propuesta de viennoiserie de autor.

De morondanga

Foto: Lucía Durán

Cuatro amigos comenzaron en 2016 un plan piloto que terminó consolidándose en un restaurante de tapeo con buenos sabores, técnicas variadas y diseño cuidado. Ubicado en la esquina de Mario Cassinoni y Charrúa, De Morondanga tiene la identidad de un típico bar de ciudad. El diseño de interiores —realizado en conjunto entre la arquitecta Soledad Brito y Alfonso Cretenze, uno de los socios del emprendimiento— se estructuró en torno a una gran barra de siete metros de largo con un estilo industrial marcado por el hierro, la madera y el hormigón. La iluminación es un punto fuerte de la identidad del restaurante. Para la barra se diseñaron unos tubos colgantes de chapa de acero, mientras que sobre las mesas se colocaron lámparas vintage que propician un ambiente más íntimo.

Foto: Lucía Durán

Río

Foto: Mauricio Rodríguez

Los dueños de Manzanar cruzaron de vereda y apostaron a un nuevo punto gastronómico con aires más relajados y juveniles. Río abrió en abril de este año y ofrece cuatro menús diferentes en el día. La cocina a la vista y sus diferentes cocciones son el alma de este restaurante. Con un horno napolitano de grandes dimensiones y una robata (tradicional parrilla japonesa que cocina a piedras volcánicas o carbón vegetal) se logran preparaciones y sabores fuera de lo común. El arquitecto y diseñador de obra es Diego Montero, quien se inspiró en la fauna del Río de la Plata para recrear distintos ambientes. La casa es un chalet muy antiguo de Carrasco que conserva sus líneas originales, conviviendo con salones modernos. En el patio al fondo destacan mesas de lapacho, sillas importadas de Francia y una barra estilo playero.

Foto: Mauricio Rodríguez

Misión comedor

Foto: Adrian Echeverriaga

Una apuesta más a una antigua casa reciclada de Parque Rodó para alojar un restaurante de gastronomía sofisticada y estilo particular. Misión Comedor se inauguró en 2019 en Pablo de María 1015 con una propuesta de almuerzo, hora de té y cena. Los fines de semana se suman a la carta los brunches. El diseño de interiores tiene el sello de Victoria Brown, quien optó por generar una cáscara atemporal con materiales nobles respetando la arquitectura del lugar. Se dejaron vías a la vista, se restauró el vitró y se diseñó mobiliario liviano para la ocasión. Un botellero de gran porte suspendido desde el techo aporta la versatilidad necesaria para transformar un ambiente de día en un bar nocturno con mucha onda.

Foto: Adrian Echeverriaga

Flora

Foto: Lucía Durán

Otra reciente incorporación a la plaza es Flora, un pintoresco restaurante que abrió en diciembre pasado en la zona de Barrio Sur. Con una carta orientada al estilo de vida saludable, se destaca una cocina a la vista que permite apreciar todo el proceso de preparación de los platos. Tiene una propuesta de brunch durante todo el día, trabaja con pesca local, pollo orgánico y verduras de la huerta (no hay carnes rojas en la carta). Los interiores tienen el sello de Narciso Studio: frescos, cómodos y descontracturados, ofrecen distintos espacios donde sentarse a comer o tomar algo. La distribución de los muebles es flexible, hay mesas de distintas alturas y nichos contra los ventanales. Un diferencial: cuentan con una biblioteca para intercambiar libros; la gente deja uno y se lleva otro.

Foto: Lucía Durán

Mingus

Foto: Adrian Echeverriaga

En la esquina de San Salvador y Jackson nació Mingus hace 13 años. De la mano de un grupo de amigos, el emprendimiento desembarcó con la consigna de crear un espacio de buena gastronomía que combinara con su pasión por la música, en especial, por el jazz. El restaurante se encuentra ubicado en una casa antigua reciclada, que tiene como protagonista una claraboya centenaria restaurada el año pasado para disfrute de los comensales. Se ofrecen platos sencillos durante el día y un atractivo tapeo de estación a partir de las 18 horas. Los martes de jazz son un clásico.

Foto: Adrian Echeverriaga

Toledo

Foto: Adrián Echeverriaga

La esencia de la gastronomía española desembarcó en Montevideo con una propuesta de tapeo típica de alta calidad. Inaugurado en 2016, Toledo se instaló primero en Ciudad Vieja y luego se mudó a una casa de familia de la calle Pablo de María, con más de 100 años de historia. El diseño de arquitectura estuvo a cargo de Pedro Livni con la consigna de mantener ciertas líneas y elementos originales, como las columnas de mármol, el piso de pinotea y cerámica y algunos detalles en paredes. Luciana Rodiño y Mónica Reyes guiaron el interiorismo, priorizando un estilo distendido de aires contemporáneos en la curaduría de mesas, sillas, luminarias y hasta vajilla.

Cuervo

Foto: Lucía Durán

Cuervo es otro restaurante hijo de la pandemia en Ciudad de la Costa. Inauguró en pleno 2020, en una antigua casa construida por el abuelo de los jóvenes dueños en la década del sesenta. El diseño estuvo a cargo de ellos —que se criaron entre esas mismas paredes— y mantuvieron un ambiente familiar con especial curaduría de detalles. El ambiente gira en torno a la música, la literatura y el arte plástico (hay más de 20 obras de artistas nacionales). También se exhibe el piano que la madre de los dueños tocaba de pequeña. Esa misma esencia de familia se traduce al menú mediante preparaciones caseras con influencias del sur de Italia. El plato estrella es el colosso, una invención propia inspirada en el nino bergese (raviolón) con cebolla confitada, berenjena asada, ricotta italiana y huevo escalfado con salsa de albahaca y mascarpone.

Foto: Lucía Durán

Pomelo

Foto: Mauricio Rodríguez

Construido en un antiguo taller mecánico de Punta Carretas, en la planta baja de una vivienda familiar, Pomelo tiene una propuesta estacional, simple y dinámica. El espacio fue diseñado por sus dueños, con el apoyo del estudio Mola Kunst, inspirados en sus viajes alrededor del mundo. Las cocinas están integradas al salón, por lo que desde cada mesa se puede ver a los chefs en acción. En la carta destaca la curaduría de pocos platos elaborados con materia prima de alta calidad. El sello de distinción es una máquina de helados traída de Bologna, Italia, para realizar preparaciones artesanales. Recomendamos probar el de dulce de leche.

Verne

Foto: Lucía Durán

Este emprendimiento familiar, liderado por una madre y sus dos hijos, llegó a la Ciudad de la Costa junto con la pandemia. El diseño de obra de Verne estuvo a cargo de su dueña, Patricia Cuevas, ingeniera civil de profesión. La casa original, construida en 1970, conserva su estilo moderno cubista. Se realizó una ampliación de volumen vidriado que crea un impacto visual interesante y atractivo, logrando un contraste armónico entre ambas estructuras, la nueva y la antigua. Los jardines contaron con el asesoramiento de Aurelio Enciso, un paisajista uruguayo que vivió en Suecia. En ese espacio se dispusieron mesas que están rodeadas de plantas aromáticas y decorativas, que a su vez retienen el viento y favorecen la acústica. Dentro del salón se destacan cuadros de pintores uruguayos y una biblioteca con cuentos cortos y libros de diseño. Los jueves de música en vivo suceden alrededor de un piano de larga historia familiar.

LEÉ TAMBIÉN