Autobiografía a cara lavada

Paul Stanley, el líder de Kiss: una estrella que no se estrelló

Publicado el 07.08.2020  - 13 minutos
Por Leonel García

"El hogar es un concepto curioso. Para la mayoría de las personas supone un refugio. Mi primer hogar fue cualquier cosa menos eso. Nací el 20 de enero de 1952, de nombre Stanley Bert Eisen". Así, de esta forma, arrancando el capítulo uno de un total de 65, divididos en seis partes, el autobiografiado se introduce a sí mismo. Uno podría esperar una brutal historia de resiliencia, pero hay más un sentimiento de resignación hacia una familia disfuncional: una madre que le pide "que libre sus propias batallas" a un niño de cinco años víctima de bullying, un padre cuyo único consejo sobre sexo a su hijo de 14 fue: "Como dejes preñada a alguna, tendrás que apañártelas solo", una hermana con trastornos psicóticos severos, una malformación congénita (microtia) que le dejó "un muñón en vez de oreja derecha", de la que además era sordo. Afectado por el acoso en la escuela y la indiferencia en casa, él mismo, siendo un niño, debió acudir por su propia cuenta a la ayuda de un psiquiatra para no terminar bajo las ruedas de un pesado rodado en el neoyorquino Queens.

Esta nota es exclusiva para suscriptores de BÚSQUEDA Y GALERÍA
Elegí tu plan y suscribite

Suscribite

¿Ya sos suscriptor? Iniciá sesión

Probá nuestro servicio, registrate y accedé a una nota gratuita por semana.