Auge y caída
Anna Wintour: aferrada al trono de la moda
Anna Wintour dirige la edición estadounidense de Vogue, una revista que da pérdidas y que es criticada en casi todos los frentes. Sin embargo, Condé Nast anunció que la ascenderá a Directora de contenido global
Anna Wintour se levanta a las cuatro de la mañana, a veces a las cinco. Madruga para poder jugar al tenis antes de ir a trabajar. Según sus estándares juega terrible, aunque practica el deporte todos los días -e incluso organiza amistosos con Roger Federer y Serena Williams, dos buenos amigos que algo saben de tenis. Después de hacer ejercicio toma un baño, se maquilla y apronta su impecable carré, un corte que la acompaña desde hace décadas. En cuanto a su atuendo, probablemente elija un vestido floreado, sin mangas y cuello a la base, de alguno de sus amigos diseñadores como Tom Ford o Marc Jacobs. Lo que no pueden faltar son los lentes negros que la caracterizan y que tienen la doble función de protegerla del sol y de la mirada del otro. Es que Wintour es la mujer más poderosa de la industria de la moda y pocas veces se da el lujo de mostrarse vulnerable.
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