Casamiento
Camila y Rafael, una historia de amor a bordo del Capitán Miranda
Construido en 1930 y siendo el primer buque escuela de la Armada Nacional en dar la vuelta al mundo, el Capitán Miranda guarda bajo sus velas infinidad de historias relacionadas con la hidrografía uruguaya. Pero pocos saben que también fue el escenario de una historia de amor.
La productora periodística de Desayunos Informales, Camila Bello, y el empresario Rafael Lerena coincidieron a bordo del buque como invitados a una travesía de 11 horas a Punta del Este, en lo que significaba un viaje de instrucción para oficiales recién recibidos que luego cruzarían el océano Atlántico.
Tiempo después de esa jornada, ambos se reencontraron y desde entonces están en pareja. “Nos queremos mucho y estamos muy agradecidos de estar juntos”, enfatizó Camila.
Tras dos años de relación, llegó la propuesta de matrimonio, que finalmente se concretó el 4 de marzo en el Club de Golf del Uruguay con una ceremonia civil y una fiesta que tuvo a los invitados bailando hasta las seis de la mañana.
Oficiaron de padrinos Santiago Bello y Ana Rivara por parte de la novia, mientras que Raúl Lerena y Beatriz Nogara acompañaron a Rafael durante la ceremonia. Los testigos fueron María Pía Bello, Carolina Lerena, Natalia Gold, Natalia Roba, Jorge Magliocca y Federico Stein.
El salón estuvo decorado por Juan Souza y el wedding planner fue Leonel Aguirre, quien también colaboró con la ambientación. “La idea era que fuera una decoración sobria, en tonos de beige y champagne, para que combinara con mi vestido”, explicó la novia.
El vestido de Camila se llevó todos los elogios. “Me lo diseñó Claudia Silveira; la clave para mí era que fuera en colores champagne y que tuviera bordado. Lo diseñamos entre las dos y terminó siendo mucho más lindo de lo que jamás me podría haber imaginado”, dijo.
Fue Silveira quien además hizo el tocado y las caravanas, con piedras y perlas que juntas habían elegido para el vestido. El maquillaje y el peinado estuvo a cargo de Mariana Goimil, amiga y compañera de trabajo de Camila, quien tuvo la gentileza de ofrecerle sus servicios como regalo de boda.
Tras un festejo que los novios definieron como “alucinante”, la pareja celebró su luna de miel en Nueva York y Punta Cana, en un viaje en el que se mezcló la adrenalina de Manhattan con los relajantes días de playa.
Fotos: Lucía Durán
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