Gastronomía

Cuando el teléfono se convierte en mozo

Publicado el 26.02.2021 07:00  - 8 minutos
Por Marcela Baruch Mangino

La escena podría ser esta. Carlos y Sofía, que tienen 35 años, deciden que saldrán a cenar por la noche. Se acuerdan del nombre del restaurante que les recomendaron unos amigos la semana anterior. Lo buscan en Instagram, les gustan las fotos de los platos y del ambiente. En el mismo usuario aparece un botón que indica reservar y los direcciona a un sitio web. Eligen día, hora y cantidad de comensales. Enseguida les llega un mail conla confirmación de la reserva y algunas preguntas como si sufren de alguna alergia o intolerancia alimentaria; y si prefieren sentarse en el jardín o en el salón. Además, se agrega el menú, con la opción de preordenar los platos y bebidas a un precio diferencial. Todo eso sin tener contacto con nadie. A las 9 de la noche, la mesa de dos llega al restaurante, la moza pregunta si tienen reserva e inmediatamente los ubica en su mesa. Allí los espera un dispensador con alcohol en gel y un portamenú con un código QR (matriz de puntos o barras bidimensional que almacena información). Este código que nació en Japón en 1994 debe su nombre a la abreviación de "quick response" (respuesta rápida) y refiere a que en pocos segundos puede direccionar a un sitio web o brindar un email, por ejemplo.

Esta nota es exclusiva para suscriptores de BÚSQUEDA Y GALERÍA
Elegí tu plan y suscribite

Suscribite

¿Ya sos suscriptor? Iniciá sesión

Probá nuestro servicio, registrate y accedé a una nota gratuita por semana.