Gastronomía | Reseña

Cantina Mataojo, comer en el molino

Ubicados en Abra de Perdomo y Pueblo Edén, Cantina Mataojo, Bucaré Café y la Posta de Vaimaca dan vida a un nuevo polo gastronómico
Publicado el 29.10.2021 11:54  - 10 minutos
Por Marcela Baruch Mangino

Incomparable. Esa es quizá la palabra que mejor define la experiencia de sentarse en las mesas de Cantina Mataojo: un restaurante distribuido a través de cuatro ambientes de una casona de 1840, que en el fondo alberga un molino abandonado, el paso de un arroyo y un amplio espacio verde. Se encuentra por el Camino Sierra del Carapé, a pocos metros de la Ruta 9, junto a un conjunto pequeño de antiguas casas antes de llegar al cerro La Luz, en Abra de Perdomo. Desde la puerta se abre un laberinto de piedra que nace en altura, y es necesario bajar una pequeña escalera para llegar al mostrador. Allí, Vika Esquivel y la cocinera Lucrezia Montes de Oca reciben a sus comensales con el menú escrito en un gran rollo de papel de embajale, un escaparate con algunos productos seleccionados como vinos, vermú, aceite de oliva, y un perchero con prendas de diseño. Detrás de ellas, se van sucediendo ambientes: un living, un patio, un jardín, todos distintos y armónicos a la vez. El hilo conductor son las manos de Esquivel —quien trabajó durante años como directora de arte para publicidad— y los limones, símbolo de abundancia.

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