Innovar en el aula
Otra forma de aprender: Los colegios alternativos florecen en el Este
Pasando el puente de La Barra, varios colegios desafían la idea de la escuela tradicional y proponen pedagogías alternativas, una tendencia que parece haber tomado impulso con la pandemia

Las escuelas, un eterno tema de debate. O lo que pasa dentro de ellas; la enseñanza y sus metodologías. Mucho se critica y, sin embargo, pocas cosas parecen tan resistentes al paso del tiempo como las escuelas. Una del 2022 sigue siendo parecida a una de 1980, 1920 o hasta a las del siglo XIX. Es más o menos la misma en Uruguay que en Japón, Grecia, Brasil o Estados Unidos. Grandes edificios de arquitectura similar, casi como si fueran construidos en serie. Muchos pasillos, salones llenos de pupitres en fila en dirección hacia un gran pizarrón y un escritorio más grande que todos, el del docente. Y lo que pasa en el aula evoluciona y al mismo tiempo es poco variable: una maestra que expone y transmite conocimientos hacia 20, 30 o hasta 40 alumnos a la vez. Un alumno que debe absorberlos —o memorizarlos— al ritmo de la mayoría, o de ninguno. Por todo eso, encontrar escuelas que se despeguen de estos patrones sigue siendo un hallazgo.
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