Cómo intentarlo y sobrevivir
Las peripecias de mudarse
Se dice, con mucho de mito, que cambiar de hogar es tan estresante como un duelo; pero manejar bien la previa y elegir cómo hacerlo es clave
“¿Y cuál es 25 de Mayo, che?”. En ese momento, Carlos González (45), docente, se dio cuenta de que haberle hecho caso a su colega Andrea y contratar a Fede para que le hiciera la mudanza no había sido la mejor idea. Minutos antes había tenido otra prueba, cuando se presentó solo, sin nadie más para ayudar a cargar todo. “Bueno, vos me dijiste que eran pocas cosas”, fue el argumento esgrimido. Efectivamente, ventas previas y adelantar trabajo por la cuenta habían provocado que solo fuera necesario llevar el escritorio de la computadora, la biblioteca y bastantes cajas con libros. De cualquier forma, agradeció no tener problemas de espalda. Bajar y subir esas “pocas cosas”, que resultaron no ser tan livianas como parecían, acabó siendo el equivalente al ejercicio anual. “¿Y por qué este tipo no trajo un peón?”. La respuesta surgió sola desde el bolsillo, y en realidad ahí debió haber estado el primer alerta: por 800 pesos la hora nadie podía pretender una mudanza de lujo.
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