SALUD

La importancia de llegar a tiempo

Publicado el 30.08.2019  - 12 minutos
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Por Florencia Pujadas

Hay poco tiempo para actuar. Al estar frente a un accidente, los movimientos deben de ser rápidos, protocolares y seguros. No importa si la persona tuvo un desmayo o si fue mordida por un animal. Tampoco si protagonizó un accidente de tránsito o si solo se fracturó un brazo. Lo ideal es que cualquiera sepa cómo estabilizar a un paciente y aliviar su dolor hasta que llegue personal capacitado. Una sola acción puede cambiar todo. En algunas situaciones de emergencia, la atención que se recibe durante los primeros diez minutos marca la diferencia entre la vida y la muerte. "Los primeros pasos son determinantes. Después del minuto cuatro, por ejemplo, las consecuencias de que la sangre no llegue al cerebro empiezan a ser irreversibles. No podemos permitir que las personas mueran porque no llegamos a tiempo", dice André Fremd desde la ONG Helpers, una red de voluntarios conectada por una aplicación móvil para ayudar en casos de emergencia. Sin embargo, la mayoría de los uruguayos no sabe que en un accidente de tránsito el herido no se debe mover. Desconocen que no pueden quitarle el casco al que se cayó de la moto y que tienen que evitar la pérdida del calor corporal. Tampoco saben que no se le puede dar agua al otro si está inconsciente. 
A pesar de que cualquier persona tiene el potencial de ayudar a otro -las técnicas de primeros auxilios son protocolares y sencillas-, pocos están capacitados para actuar. La falta de preparación se extiende también a los hogares y el cuidado de los niños. "Los padres desconocen algunos peligros. El ahogamiento, que es una de las principales causas de mortalidad infantil, está ligado a la falta de educación. No se sabe que los riesgos son reales", asegura Guadalupe Herraiz, instructora de Infant Swimming Resourse, un método preventivo de autorrescate acuático para niños, y promotora de un proyecto de ley para prevenir el ahogamiento infantil.
Ante este escenario, cada vez aparecen más servicios, capacitaciones y centros para educar a los niños, adolescentes y adultos. Estas iniciativas llegan a las empresas e instituciones educativas, donde los cursos de primeros auxilios ya son frecuentes. También alcanzan a los padres, con programas como el que promueve Herraiz, que trabaja con niños de seis meses a seis años.

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