Una revolución en el consumo
La era de las suscripciones
Cómodo y conveniente para los consumidores, exitoso para las empresas, el modelo de abonarse a un servicio mediante una cuota se extiende cada vez a más sectores; pero puede ser un arma de doble filo para la economía personal

Al principio parecía un simple cambio de hábito en el consumo de televisión, películas, series y música. De a poco pero de forma acompasada, se fueron colando entre los gastos de luz, Internet y la cuota del colegio. Aunque el servicio de suscripción existe desde hace décadas básicamente con el envío de diarios y revistas, hace unos años empezaron a aparecer opciones como Netflix y Spotify. Hoy, ¿cuántos servicios de suscripción figuran en el estado de cuenta? Es probable que al menos un medio de comunicación, Dropbox o cualquier otra plataforma para respaldar fotos y alguna alternativa al gigante del streaming como DisneyPlus, Apple TV o Amazon Prime. Tal vez los amantes del vino estén suscriptos a algún club para acceder a botellas exclusivas, catas y otras experiencias cada mes. Puede que los que quieran fortalecer su red profesional tengan Linkedin
Premium y quienes buscan pareja se hayan adherido a la versión paga de Tinder.
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