Volcán de emociones

¡Qué intenso!: ¿el mejor halago o el peor insulto?

Utilizado con una connotación más negativa que positiva, detrás de este adjetivo de moda se puede esconder un síndrome de ansiedad
Publicado el 24.10.2021 07:00  - 15 minutos
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Por María Inés Fiordelmondo

Fue curioso. Antes de enviar un contacto, una persona me hizo una advertencia: “(Fulana) es muy buena en lo que hace, pero mirá que es muy, muy intensa”. Pocos días después, antes de recibir el contacto de otro entrevistado, otra persona me hizo la misma advertencia. “(Mengano) es un intenso, ¡te lo advierto! Pero gestiona todo bastante rápido”. Efectivamente, la gestión de Mengano —alias Intenso— fue veloz. Sin embargo, en ninguna de las conversaciones surgió algo fuera de lo común o esperado. Porque ¿cuál es el verdadero significado que se le da a aquel término tan escuchado? ¿Qué se espera de una persona catalogada como intensa? ¿Que sea muy verborrágica? ¿Que tenga el enojo fácil? A juzgar por aquellas lapidarias advertencias sobre los entrevistados, parece claro que ese adjetivo, para algunas personas, no es  precisamente una cualidad.

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