Qué hay para ver

Los tesoros del streaming: el periodista y crítico de cine Wilmar Umpiérrez publicó un mapa para encontrarlos

Se trata del libro el libro Why so series? Una guía por las mejores series de este siglo, de editorial Ginkgo
Publicado el 08.02.2023  - 11 minutos
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La serie estadounidense True Detective (2011) es la preferida del periodista Wilmar Umpiérrez.

Por Federica Chiarino Vanrell
@federicachiarino

Hubo una época en la que las personas miraban telenovelas. Una época en la que había días y horarios fijos para sentarse una hora frente al televisor para ver qué iba a pasar con ciertos personajes. Para ir al baño, a comer algo o a sacar un lavado de ropa había que esperar a la tanda para no correr el riesgo de perderse una parte importante de la trama, de la acción. Las telenovelas solían terminar con una escena de intriga, que dejaba a su público expectante y ansioso. Esa ansiedad, en el mejor de los casos, debía ser contenida hasta el otro día, a la misma hora. Y en el peor, había que aguantarla una semana entera.

No fue en la Edad Media ni en la prehistoria, sino hace solo unos 20 años. Sin embargo, la industria audiovisual experimentó grandes cambios a un ritmo más que vertiginoso. Hasta la década del 2000 era exitosa en el mundo la cadena Blockbuster, que alquilaba películas, series y videojuegos y que gobernó la industria audiovisual durante muchísimos años. En el 2000 se les presentó la oportunidad de comprar Netflix por 50 millones de dólares. ¿Pero cuántos conocían a la plataforma de la N roja en ese entonces? ¿Cuántos estaban dispuestos a pagar por el servicio que ofrecía? ¿Quién hubiese imaginado que Netflix sería el primer gigante de una nueva era?

Los dueños de Blockbuster creían que no sería un servicio rentable. Lo veían más bien como una moda que duraría poco tiempo. ¡Grave error! El alquiler de películas, series y videojuegos quedó en el olvido. Netflix no solo triunfó en su negocio sino que marcó el inicio de la era del streaming. Los televidentes pudieron empezar a elegir no solo qué ver sino cuándo, cómo y dónde.

Se acabó aquella ansiedad de tener que esperar 24 horas o una semana para saber qué iba a pasar en el próximo capítulo, porque se disponibilizaron temporadas enteras de las nuevas series. Cada uno puede pausar la reproducción cuando quiera para ir al baño, a comer algo o sacar un lavado de ropa.

“Prodigios narrativos como Twin Peaks, Lost o Dark —por poner solo tres ejemplos—han pasado lentamente a conformar algo que años antes parecía sorprendente: una tendencia de consumo”, dice el escritor y periodista uruguayo Pablo Silva Olazábal en el prólogo del libro Why so series? Una guía por las mejores series de este siglo, escrita por el también periodista y además miembro de la Asociación Uruguaya de Críticos de Cine Wilmar Umpiérrez. “Hay como una tensión entre el cine y las series, y da la impresión de que están ganando las series”, dijo el autor a Galería, refiriéndose al boom de esta narrativa.

La nueva tendencia de consumo que trajo el streaming también implica que, en un mismo hogar, cada integrante puede estar mirando una serie o película distinta en un mismo momento. Ya no hay tantas peleas por el control remoto porque, además, los contenidos de las plataformas se pueden ver desde un celular o tablet, y no solo desde el televisor. En realidad, las personas ni siquiera precisan estar en sus casas para consumir esos contenidos.

“Ahora se da una situación muy particular, porque las plataformas dijeron, cuando surgieron, que no iban a desplazar a la televisión, pero ahora se están transformando en un modelo que copia mucho de ella. Incluyeron publicidad y están tratando de evitar lo que los españoles llaman ‘atracones’, esa cuestión de que te enloquezcas con una serie y mires 14 capítulos de corrido”, explicó el crítico de cine. Y es que ahora muchas temporadas de series se ofrecen en dos tandas, los capítulos o las temporadas se estrenan de a poco durante un período de tiempo determinado, siguiendo el viejo modelo de la televisión.

El universo del streaming en la actualidad es mucho más amplio que Netflix. Hay muchas otras plataformas: HBO Max, Amazon Prime Video, Star+, Paramount+, DirecTV Go, y un largo etcétera. La oferta de contenidos no entraría ni en el Blockbuster más grande del mundo. Según Umpiérrez, solo en Estados Unidos y solo en un año (2021) se produjeron más de 1.000 series. Es el país líder, el que inventó el negocio, pero hay otros gigantes en Europa, en Asia y también en Latinoamérica.

<em>Why so series? Una guía por las mejores series de este siglo</em>, de Wilmar Umpiérrez. Editorial Ginkgo, 208 páginas, 1.200 pesos. 

Why so series? Una guía por las mejores series de este siglo, de Wilmar Umpiérrez. Editorial Ginkgo, 208 páginas, 1.200 pesos. 

“¿Qué hay para ver?” El periodista y crítico de cine recibía esta pregunta una y otra vez en asados familiares y con amigos. Esa oferta casi infinita de contenidos audiovisuales a veces se les volvía un laberinto. Podían elegir caminos erróneos, poco agradables. Buscaban una guía que pudiera mostrarles el camino ideal, la serie ideal. Entonces, a Umpiérrez se le ocurrió reunir una selección de 150 series en un libro, cada una de ellas con una breve reseña, datos sobre director, actores, duración y alguna curiosidad. El resultado fue Why so series? (un guiño a la célebre línea del Guasón de Heath Ledger en Batman: El caballero de la noche:Why so serious?”), que se terminó de imprimir en noviembre de 2022.

Son 201 páginas divididas por secciones según el país o región de origen de las series. Primero aparece Europa, segundo Estados Unidos —que, por supuesto, es el capítulo más extenso—, tercero Reino Unido y cuarto Latinoamérica.

“Es una lista, y como toda lista es caprichosa y subjetiva. Son series que me gustan a mí. También es cierto que incorporé algunas que de repente no me gustaban tanto, pero que tienen que estar. Es una concesión que hay que hacer siempre. Por ejemplo, Game of Thrones (David Benioff, 2011) tenía que estar, y me parece que es despareja, tiene temporadas que han sido buenas, otras que no tanto, pero no podía obviarla. Con Lost (J.J. Abrams, 2004) me pasó lo mismo, no me pareció que fuera brillante durante todas las temporadas, pero fue un fenómeno que inventó una narrativa, que le dio lugar a otra forma de relacionarse con el público, y eso hay que contemplarlo y respetarlo”, expresó Umpiérrez.

El marco temporal de las recomendaciones de la guía va desde los años 80 hasta el 2022. Entre las ochentosas, una que el periodista destaca es Los Simpson (disponible en Star+), creada por Matt Groening. Umpiérrez opinó que su inclusión no ameritaba “demasiada discusión”, porque esos personajes amarillos se transformaron “en un fenómeno cultural potente”. En la actualidad, más de 30 años después de su creación, la familia animada que componen Homero, Marge, Lisa, Bart y Maggie sigue vigente, con millones de fanáticos.

Los Simpson es tremenda, porque cambió nuestra forma de vincularnos con las series y creo que fue la primera en estos tiempos que tuvo la virtud de atravesar un espectro etario amplísimo. Es una serie que le puede llegar a un chico de seis años o a un tipo de 50, y en el medio a todos. Eso es inteligencia y eso hay que rescatarlo”, dijo Umpiérrez. Por todos esos motivos es que el periodista ubica a este fenómeno audiovisual en el tercer puesto dentro de su ranking personal de las mejores series de todos los tiempos.

La serie sueco-danesa <em>Bron/Broen</em> (traducida al español como <em>El puente</em>, de 2011), está disponible en Amazon Prime Video.

La serie sueco-danesa Bron/Broen (traducida al español como El puente, de 2011), está disponible en Amazon Prime Video.

En el segundo está la sueco-danesa Bron/Broen, que en el libro está catalogada como “una serie clave para entender el entramado visual de esta época”. Su nombre hace referencia al puente de Oresund, que conecta la ciudad sueca de Mälmo con la capital danesa, Copenhague. En esa línea fronteriza aparece un cadáver, que genera un conflicto respecto a qué territorio debe hacerse cargo de la investigación. Hay además un segundo conflicto: el tronco del cuerpo hallado no se corresponde con el resto. Es decir que en lugar de un cuerpo hay dos. Para desentrañar el crimen, oficiales de policía de ambos países trabajan en conjunto para dar con el asesino, que se hace llamar “el terrorista de la verdad”.

La que encabeza el podio por ser la mejor serie de todos los tiempos, según el crítico de cine, es True Detective (Nic Pizzolatto, 2011, disponible en HBO Max). En su libro, la describe como “una creación que reconfiguró el ADN del policial americano”. De las tres temporadas que conforman la serie, Umpiérrez destaca la primera: “es una locura”.

Las que “debieron estar”. En algún momento hubo que cerrar la guía y escribir el punto final de Why so series? Para poder publicarla. Pero por la magnitud de la industria audiovisual y esa velocidad vertiginosa con la que se estrenan nuevos productos, una vez cerrado el libro se siguieron estrenando series que quedaron por fuera.

Umpiérrez reconoció a Galería que si hiciera una reedición de la guía y pudiera agregar una especie de bonus track, sumaría al menos tres títulos. En primer lugar, la serie francesa Dix pour cent (de 2015, Netflix), en español Diez por ciento, aludiendo al porcentaje que cobran los representantes de grandes actores franceses. “Lo increíble es que ahí está la actriz Juliette Binoche haciendo de ella misma, negociando el porcentaje de participación en su próxima película. Cada capítulo es con un actor pesado, con un referente pesado del cine francés. Es brillante, es nueva y creo que debió estar”, destacó el periodista.

Una segunda incluida en ese bonus track sería Fauda (de 2015, Netflix), una serie israelí que aborda el conflicto entre esa sociedad y los palestinos y lo hace “muy bien”, según Umpiérrez.

En tercer lugar, hubiese incluido la francesa Engrenages (en español Espiral, de 2005). Se trata de una serie que trata asuntos de la alta política del país europeo y que se ubica en una posición crítica con respecto al papel de ese país en la geopolítica europea. “Es una buena serie, que conoce muy poca gente”, opinó Umpiérrez.

Latinoamérica, “facilismos” e “incógnitas”. Why so series? dedica solo las nueve páginas finales a series latinoamericanas. Quizás porque es un mercado más chico que el europeo o el norteamericano, quizás por gustos, también. Pero intervienen otros factores en el mundo audiovisual regional.

La vecina Argentina produce una amplísima cantidad de contenidos y Umpiérrez admite que “tiene cosas que están buenas”, como la serie Los simuladores, de 2002 (Amazon Prime Video), que marcó “un momento importante” en la historia del país y la región. Pero hay una desventaja que el periodista critica: “La estética tumbera a mí ya me cansa. Vayan por otro lado, hay muchas historias para contar, y más en un país como ese. Argentina produce mucho, pero capaz que no con la calidad que uno esperaría”. Sin embargo, matizó que “siempre hay guiños” y se nota que hay “mucho dinero invertido”, a veces se traen actores del exterior o “se descubren” grandes actores a partir de alguna serie.

Del otro lado está Brasil, un mercado que para Umpiérrez representa “una incógnita”. La única serie brasileña que figura en su libro es 3% (de 2016, disponible en Netflix). “Los brasileros se preocupan muy poco por dejar que sepamos qué es lo que hacen. Tienen un mercado tan grande, tan vasto. Tienen su propia sede de prácticamente todas las plataformas, pero producen para su propio consumo. Pasa con la música y con el cine también. A veces lo que nos llega es porque es excepcionalmente bueno”, reflexionó.

En la última década, en Latinoamérica se estrenaron varias series que tienen al narcotráfico como tema central. Una de ellas está incluida en Why so series? y es Narcos (la versión colombiana, de 2015, Netflix). Se hicieron series del estilo en Argentina y en otros países. “Entiendo que es un fenómeno que vende y que resulta atractivo para el entretenimiento, el tipo poderoso... Narcos de Colombia está buena, la de México está buena, pero todo el resto es relleno, y caen en esos facilismos”, dijo Umpiérrez. 

Colombia y México son también países latinoamericanos que producen una amplia variedad y cantidad de productos audiovisuales. Pero, al igual que sucede con Brasil, a Uruguay llegan pocos de esos contenidos. Para Umpiérrez, los criterios de distribución a veces juegan “malas pasadas” a los espectadores, o se posicionan en contra de sus intereses. “A mí me encantaría poder abrir la grilla de las plataformas y encontrar material de Colombia, de México, de Chile. Sé que existe, sé que hay, pero no llegan a Uruguay”, concluyó.

Cultura
2023-02-08T14:53:00

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