Perfil de un eterno buscador
Exposiciones muestran el lado silvestre e intelectual del artista Thomas Lowy
Dos exposiciones de Thomas Lowy muestran al artista casi desconocido detrás de la figura pública, que fue referente de la gestión cultural, hombre multifacético, intelectual silvestre y perfeccionista

Fotos: Adrián Echeverriaga y Lucía Durán
Thomas Lowy fue un hombre multifacético. Se lo conoce por su trabajo como gestor cultural ocupando cargos públicos (desarrolló la primera Dirección de Cultura de la Intendencia de Montevideo en 1985 y ocupó su dirección hasta 1990, fue director de Cultura del Ministerio de Educación y Cultura entre 1995 y 2000, y fue director de la Unión Latina para Uruguay del 2001 al 2011) e integrando asociaciones y fundaciones (como la Fundación MAPI). Era artista plástico egresado de la Escuela Nacional de Bellas Artes, dibujante, director de arte y director creativo en agencias de publicidad, actor de teatro en su adolescencia, creador del taller de serigrafía Estampa 3, diseñador de muebles infantiles bajo la marca Ludika (carpintero fue su primer oficio), diseñador gráfico y fundador del semanario Jaque. En sus últimos años se dedicó a la plantación de olivos y producción de aceite. Su curriculum vitae ocupa nueve páginas de Word. Pero fue recién a los 71 años que Lowy sorprendió con su primera exposición individual en el Museo Blanes. Ocurrió en 2018, se tituló Por qué y fue, por las vueltas del destino, su única muestra en vida. Lowy falleció en un accidente a fines de 2020, en plena pandemia. Hoy hay dos muestras en la ciudad que rinden homenaje a su obra: Respuestas provisorias, en el Museo Nacional de Artes Visuales (MNAV), que presenta sus últimos trabajos, y Thomas Lowy: un espíritu libre, en el Museo de Arte Precolombino e Indígena (MAPI), sobre su vida.
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