Un músico prolífero
El exorcismo de Paul Higgs
El artista se inició en la escena montevideana como un fenómeno atípico, que por su sonido, búsqueda estética y ambiciones contrastaba con el resto; ahora está trabajando en Buenos Aires y por sacar su próximo disco
Paul Higgs es verborrágico. Para expresar sus ideas usa adjetivos barrocos, metáforas inesperadas y, si eso no le alcanza, alguna frase en inglés. Cuando se emociona abre sus ojos marrones y gesticula. Y se emociona a menudo, sobre todo cuando habla de la música, que es su vida. Cuando se sube al escenario saca a relucir todo su magnetismo y es un verdadero showman: corre de un lado al otro, se tira al suelo para un solo de guitarra, conversa con el público. Nada de esconderse detrás del micrófono y de su instrumento.
Esta nota es exclusiva para suscriptores de BÚSQUEDA Y GALERÍA
Elegí tu plan y suscribite
¿Ya sos suscriptor? Iniciá sesión
Probá nuestro servicio, registrate y accedé a una nota gratuita por semana.