Un músico prolífero
El exorcismo de Paul Higgs
El artista se inició en la escena montevideana como un fenómeno atípico, que por su sonido, búsqueda estética y ambiciones contrastaba con el resto; ahora está trabajando en Buenos Aires y por sacar su próximo disco

Foto: Adrián Echeverriaga. Locación: La Trastienda.
Paul Higgs es verborrágico. Para expresar sus ideas usa adjetivos barrocos, metáforas inesperadas y, si eso no le alcanza, alguna frase en inglés. Cuando se emociona abre sus ojos marrones y gesticula. Y se emociona a menudo, sobre todo cuando habla de la música, que es su vida. Cuando se sube al escenario saca a relucir todo su magnetismo y es un verdadero showman: corre de un lado al otro, se tira al suelo para un solo de guitarra, conversa con el público. Nada de esconderse detrás del micrófono y de su instrumento.
Esta nota es exclusiva para suscriptores de GALERÍA
Elegí tu plan y suscribite
¿Ya sos suscriptor? Iniciá sesión
Probá nuestro servicio, registrate y accedé a una nota gratuita.