Un desafío

Punta del Este: de balneario a ciudad inteligente sin perder la identidad

Publicado el 25.01.2023  - 7 minutos
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Por Gabriela Pallares
@gabrielapallares

¿Puede un balneario mantener su identidad y a la vez transformarse en ciudad inteligente? ¿Puede una ciudad ofrecer experiencias singulares a visitantes internacionales y cambiar la calidad de vida para sus residentes al mismo tiempo? ¿Puede introducir la tecnología con el equilibrio exacto para aportar eficiencia sin perder cercanía? ¿Puede constituirse en un ejemplo estratégico y táctico a seguir, incluso en un contexto competitivo de otros destinos con mayores recursos?

Algunas de esas preguntas fueron respondidas ya en noviembre de 2021 en un evento que fue la piedra angular de un trabajo que involucra a distintos sectores. El Punta Smart Cities Summit, organizado por la Universidad Católica en el marco de su Cátedra de Planificación de Smart Cities con el apoyo de Punta del Este Bureau, supuso el punto de partida de difusión de la intención de la ciudad de tomar ese camino.

El gobierno de la ciudad participa activamente en numerosos programas como la promoción de Ciudades Inteligentes Latinoamérica- Unión Europea desde el año 2020, con el fin de mejorar la sostenibilidad asociando la gestión municipal con las herramientas tecnológicas y buscando llegar al cumplimiento de las metas planteadas por las Naciones Unidas para el año 2030, mediante los Objetivos de Desarrollo Sustentables (ODS).

La intención es establecer un avance en la región para crear ciudades inteligentes mediante una articulación interdisciplinaria y con distintos enfoques, para producir nuevos conocimientos y herramientas de gestión con una mirada integral, diversa e inclusiva sobre las urbes, especialmente relevante en épocas de instalación global de empresas con base tecnológica. Las actividades incluyen cursos de sensibilización, misiones para conocer experiencias exitosas, consultorías, eventos y seminarios que buscan sentar las bases de las ciudades inteligentes en Latinoamérica y establecer planes de acción conjunta entre los diversos gobiernos locales. Las ciudades modernas constituyen el principal motor del desarrollo económico, crecimiento que a menudo no prioriza el impacto medioambiental, la visión y la identidad local o el bienestar de los residentes y visitantes.

En el proyecto de convertir a Punta del Este en una ciudad inteligente se apunta a lograr una mayor inclusión en la región y en el escenario internacional, que responda a los nuevos paradigmas desde la toma de decisiones políticas. En ese marco, quienes trabajan en este proyecto, ya sea integrantes del gobierno departamental, como de la UCU y del Bureau, intercambian experiencias con la ciudad de Córdoba y visitan otras como Viena, donde estas prácticas se encuentran en fases más avanzadas. En esta última, organizaciones como Cive Solutions trabajan en investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) y la filosofía radica en que las ciudades digitales e inteligentes se construyen generando conocimiento en la sociedad, la tecnología solo es un medio para desarrollar las soluciones ciudadanas esperadas. Lo hacen diseñando políticas públicas que promuevan la gobernanza, la inclusividad y diversidad, la generación de conocimiento, la participación pública, energías sostenibles, economías circulares, la industria 4.0 y la ciberseguridad, entre otros.

Según Andrea Malaquín, profesora de alta dedicación del Departamento de Administración y Negocios de la Universidad Católica del Uruguay y decana del Campus Punta del Este de esa universidad, que trabaja junto con Punta del Este Bureau, “la ciudad está en un camino claro orientado a establecer protocolos de smart city, y para ello transitamos el proceso de definición de prioridades, ordenamiento de roles y visión para la ciudad. El objetivo en esta etapa para establecer el rumbo es la articulación público-privada y su alineación con normativas que garantizan y construyen la gobernanza, cualidad necesaria para establecer un modelo a largo plazo, independiente de intereses particulares. El país es reconocido por su gobernabilidad (equilibrio en el ejercicio de poder político), pero para estos procesos se requiere de una gobernanza fuerte, entendiendo como tal el logro de un desarrollo económico, social e institucional duradero, promoviendo un sano equilibrio entre el Estado, la sociedad civil y el mercado”.

Conceptos clave. Las ciudades inteligentes se construyen sumergiendo lo tecnológico en la infraestructura de la ciudad con un fin social de mejora de gestión y calidad de vida. Supone la consolidación de gestiones sobre infraestructura tecnológica de vanguardia que garanticen el desarrollo sostenible del territorio. Lo hace en forma accesible para todos, facilitando la interacción e integración del visitante con el entorno, e incrementando la calidad de su experiencia en el destino, a la vez que mejora la calidad de vida de los residentes.

Dicho en otras palabras, una smart city no es tal si se llena de sensores y luego no se procesan los datos para mejorar prestaciones, si no se diseñan políticas de inclusividad y accesibilidad a sus servicios, si no se aprovecha esa información para facilitar la instalación de negocios o inversiones en áreas de interés. En definitiva, no se trata solo de sensores sino de los usuarios como centro, de cuánto puede mejorar la calidad de vida de la gente.

Una ciudad inteligente tiene la visión holística que permite a los ciudadanos interactuar con ella de forma multidisciplinar y se adapta en tiempo real a sus necesidades, de manera eficiente en calidad y costos, ofreciendo datos abiertos, soluciones y servicios orientados a los ciudadanos, para resolver los efectos del crecimiento de las ciudades, en ámbitos públicos y privados, a través de la integración innovadora de infraestructuras con sistemas de gestión inteligente.

Más oportunidades. La tecnología por sí misma no resuelve los problemas de las ciudades que habitamos. Todo pasa por una gestión planificada que incorpore esa tecnología y facilite el acceso de los ciudadanos a esos nuevos esquemas. De hecho, la tecnología es apenas un 20% de esa gestión, la base es la visión comprometida y transversal a gobiernos, la gestión inteligente y creativa de sus recursos.

Malaquín sostiene que hay diversos sesgos que atender y balancear en la gestión para que la introducción de la tecnología haga los procesos más eficientes y no se desperdicien recursos. “Siendo una economía turística pero también de residentes, es importante generar un mindset digital y trabajar para una desestacionalización de Punta del Este, una transformación digital y tecnológica, una estabilidad económica, y para la protección de la sostenibilidad de procesos buscando el triple impacto: social, financiero y ambiental”.

Por otro lado, la decana de la UCU opina que un factor importante es el ánimo de cocreación de la marca del destino “que potencie un desarrollo económico diferencial, una visión común para Punta del Este, en una multiplicidad de áreas, no solo enfatizando extremos como el turismo de lujo, por ejemplo, que desplace otras áreas de interés más accesibles y diversas”.

Algo que ocupa a las autoridades que están trabajando en este tema es la movilidad, “una carencia seria, evidente tanto en alta como en baja temporada, que la sufren locales y visitantes: no hay una red eficiente de transporte y tampoco es una ciudad ‘caminable’”, asegura Malaquín. “Pretendemos ser un vínculo académico entre la comunidad y el gobierno para generar implementaciones y decisiones estudiando los impactos y ayudar a aportar valor en los procesos para que no sean solo licitaciones, sino una consideración más integral. El ordenamiento territorial también está dentro de estas preocupaciones: creemos en los estímulos pero también en darlos en el marco de leyes claras. Trabajamos con asociaciones civiles para que las decisiones técnicas o políticas no caigan en sesgos de saturaciones que producen temas de asimetrías o desigualdades y desperdicios de recursos”.

La inclusión de la tecnología crea un ambiente socioeconómico diferente al abrir oportunidades de innovación y desarrollo, crear nuevas fuentes de trabajo e impulsar modelos de negocios en big data, hasta hoy impensados en los modelos tradicionales. Cuestiones como la planificación, la organización de actores públicos y privados o la equidad son aspectos importantes de una ciudad inteligente, no apreciables a simple vista. La inteligencia hay que demostrarla y la ciudad es inteligente por los impactos y beneficios que implica para quienes la viven. El desafío es hacerlo mirando al futuro, sin desconocer el pasado y la herencia cultural que la diferencia de otras.

Arquitectura, innovación y diseño
2023-01-25T15:03:00