Por qué Japón es vanguardia más allá de la tecnología

País de avanzada

Por qué Japón es vanguardia más allá de la tecnología

Un recorrido explorando diversas ciudades e islas remotas ofrece una perspectiva que posiciona al país oriental como una cultura de avanzada

Publicado el 07.06.2023 - 10 minutos

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Un recorrido explorando diversas ciudades e islas remotas ofrece una perspectiva que posiciona al país oriental como una cultura de avanzada

¿Qué se puede aprender de Japón? Mucho. Treinta y tres horas de vuelo, cientos de kilómetros en Shinkansen (el tren de alta velocidad local), subtes variados y algunos ferris permitieron, por algunas semanas, recorrer un territorio tan en las antípodas de Uruguay como modelo a seguir en distintas áreas. Cualquiera sea el rincón que uno visite puede observar, detrás de hechos arquitectónicos, culturales o urbanos, la interminable narrativa que lo sustenta: desde el pasado, el cómo se transmiten sus tradiciones, oficios e historia (que incluye dinastías, dominios extranjeros, catástrofes naturales, guerras y empuje económico), hasta la creatividad, la innovación y la visión de futuro.

Si bien mucho de ello es posible gracias a grandes dosis de inversión económica y tecnología, es relevante también revisar cuánto se sustenta por otros factores que tienen que ver más con valores de la comunidad: educación, respeto, disciplina constante, ánimo de mejora y excelencia continua.

Diseño y estética. A Japón la fama le precede y puede comprobarse fácilmente el ADN de sensibilidad y dominio, tanto en los conceptos globales como en los detalles cotidianos que sin duda afectan la calidad de vida de locales y visitantes. Ya sea en arquitectura, paisajismo de espacios públicos, diseño de interiores o de packing de alimentos como las bento box (contenedores de comida) para niños, señalización o mobiliario, esa atención a la estética y funcionalidad ha llevado a la creación de productos y servicios de exportación apreciados en todo el mundo, pero también de uso y disfrute local.

Gestión urbana. El ejemplo de Tokio, donde conviven 14 millones de habitantes y todo fluye de una forma asombrosamente sincronizada, con movilidad y puntualidad medida en segundos, limpieza extrema, calzadas y aceras con pavimentos diferenciados y en perfecto estado, disponibilidad de servicios de información, señalización bilingüe en todas las ciudades y estaciones de metro, incluido el interior de las unidades, es realmente digno de estudio.

El diseño de distritos enfocados en diferentes actividades (comerciales, corporativas, lúdicas, culturales) con calles que cuentan con todo lo necesario para ofrecer una experiencia exquisita (arquitectura, iluminación, paisajismo, equipamiento urbano) es excepcional.

Los baños públicos, por ejemplo, merecen un capítulo aparte. No hay más que aterrizar en el aeropuerto de Narita para comprobar la importancia que el país otorga a los baños públicos. La “experiencia Toto” a cargo del mayor fabricante de inodoros y equipamiento de baños del país muestra distintas configuraciones y comandos para esos recintos. A menudo equipados con luces, música, aire, temperatura controlada, sensores de movimiento, múltiples configuraciones y controles remotos con más botones que los controles remotos de televisión de hoy, Japón ve los inodoros como un símbolo de su cultura hotelera de renombre mundial y lo aplica en todo su territorio.

Un ejemplo que lo grafica es la iniciativa The Tokyo Toilet Project. Incluso allí existe el estigma que rodea a los baños públicos pero en el marco de este proyecto, diseñadores y arquitectos de todo el mundo fueron convocados para diseñar 17 ubicaciones de baños públicos en Shibuya con el objetivo de que sea una experiencia mucho más agradable cuando la naturaleza llama fuera de casa.

The National Art Center Tokyo es el museo ma´s grande de Japo´n, del arquitecto Kisho Kurokawa.

Cuidado de identidad y patrimonio. El país valora profundamente su historia y tradiciones, y se esfuerza por preservarlos para las generaciones futuras. La ciudad de Kioto es un ejemplo maravilloso en este sentido. Recorrerla es una lección de cómo sentar las bases de normativas y estímulos para otorgar una lectura clara del pasado, promoviendo visiones modernas y, de paso, dejar sentado quién tiene el control de la narrativa.

Tiendas como las de Issey Miyake, Starbucks o el Hotel Four Seasons en el barrio histórico o el Ace Hotel firmado por el arquitecto japonés Kengo Kuma son ejemplos ineludibles para apreciar lenguajes corporativos modernos adaptándose a contextos culturales específicos. El resultado es divinamente sorprendente, creativo y disfrutable.

Leyes de promoción y preservación de edificios, fomento de turismo cultural, festivales de tradiciones, programas de excavación e investigación arqueológica y hasta la implementación de Casas de Japón en San Pablo, Londres o Los Ángeles (donde se asientan las comunidades más grandes emigradas de ese país) son prueba cabal del ánimo de extensión cultural, geográfica y temporal.

El país tiene una larga tradición de artesanía anclada en su cultura que enfatiza la atención a detalles, precisión y excelencia. Ya sea en ceremonias del té, caligrafía o cerámica, o en versiones modernas en la industria automotriz o robótica, el compromiso con lo artesanal ha contribuido a ese espíritu innovador.

Tienda Starbucks en el centro histo´rico de Kioto.

Destaca la arquitectura de las tiendas en Aoyama, Tokio.

Cultura de la mejora continua. El concepto japonés kaizen se expresa en una palabra compuesta por dos vocablos: kai que significa “cambio” y zen que expresa “para algo mejor”. Se refiere a la mejora continua en todos los aspectos de la vida y esa mentalidad es transversal a diversos campos, desde la fabricación y productividad al diseño y el arte. Hay allí una fuerte ética de trabajo y se esfuerzan constantemente por perfeccionar sus habilidades y productos.

En el plano industrial se desarrolla la implementación de sistemas de producción altamente eficientes como el concepto de just in time de Toyota. Kiichiro Toyoda, creador de la marca automotriz, otorgó este nombre a la visión pionera de producir solamente lo necesario, en el momento oportuno. Esta metodología se ha extendido desde entonces convirtiéndose en un método de producción que busca maximizar la eficiencia y reducir los costos mediante la eliminación de desperdicios en el proceso, tanto de recursos humanos como materiales y ese es el principio de la excelencia.

Book and Bed, un hostel-librería donde se puede leer y dormir en modalidad cápsula.

Civismo, educación y sentido de pertenencia a la sociedad. En la base de toda la disciplina, respeto, eficiencia, limpieza, seguridad y excelencia sin dudas está la educación. El concepto detrás de ello es que la escuela no es solo estudiar lo que viene en los libros, sino aprender a cuidar de uno mismo, del entorno y convertirse en un miembro valioso para la sociedad.

El sistema escolar japonés actual tiene sus raíces en el periodo Meiji, cuando la isla intentaba lograr la paridad económica y militar con Occidente. Se consideró que una educación centralizada era crucial para la modernización del país, poder absorber los avances de Occidente y establecer bases más claras para negociaciones efectivas. Más tarde, Japón logró su milagro económico de posguerra con ese sistema.

Desde el principio se hace hincapié en inculcar valores que se consideran fundamentales, como los buenos modales, la tolerancia, la limpieza o el respeto por las personas y la naturaleza, de tal manera que el alumno va asumiendo esos códigos de conducta como algo natural. “Se les permite y anima a desarrollar su autonomía, ya que las escuelas japonesas enseñan a los niños a ser independientes de una manera organizada y cuidadosa”, destacó Alice Gordenker, columnista del diario The Japan Times que durante años narró la experiencia de sus dos hijos dentro de este sistema. “Este proceso incluye instrucciones explícitas de cómo ir solos de casa al colegio de una manera segura, cómo empacar por sí mismos sus enseres para una excursión o cómo cuidar de sus cosas”.

Los profesores van delegando en sus estudiantes tareas cotidianas que les ayudan a enfrentarse con más independencia a su futuro.

“Cuatro veces a la semana, los niños dedicaban 20 minutos al o-soji”, una tarea que consiste en limpiar la escuela e incluye quitar el polvo, barrer y fregar suelos de pasillos, clases y escaleras e incluso limpiar los baños.

Mientras Occidente se ha destacado por su culto al individuo, Japón lo hace por su búsqueda de armonía social. En los viajes en tren por la isla puede verse a inspectores de vagones recorrerlos y al finalizar su trayecto, antes de abandonarlo, hacer una reverencia, aún estando detrás de los pasajeros. Los taxistas, impecables, visten traje y corbata, y a veces hasta guantes blancos. Tantos gestos, de los imperceptibles y valorables, hacen memorable la cultura local, más allá de entender su lenguaje.

Elevar la base de la calidad de vida de los habitantes. No importa dónde se encuentre uno, ya sea en áreas urbanas o rurales, es llamativa la homogeneidad en cuanto a la línea base de calidad de vida de los japoneses. Ya sea mantenimiento de casas antiguas, tradicionales o edificios más modernos, aún en áreas semirrurales o periféricas, las viviendas y zonas residenciales mantienen cierta calidad constructiva y formal, con sus autos compactos en la puerta, que distan de lo habitual, especialmente en Latinoamérica.

Leyes con políticas de vivienda, subsidios a familias de menores recursos, cooperativismo y estímulos para renovación urbana en áreas deterioradas son algunas de las herramientas de los municipios para garantizar ese derecho individual, traducido en un paisaje claro y continuo de viviendas en todo el territorio.

Centro histórico de Kioto.

Poder blando. El concepto Cool Japan se refiere a los aspectos de la cultura de ese país que perciben los extranjeros y es parte de la estrategia de marca general de Japón, con el objetivo de difundir sus atractivos y su encanto en el resto del mundo.

El objetivo abarca todo, desde juegos, manga, anime y otras formas de contenido, moda, gastronomía y cultura tradicional hasta robots, tecnologías ecológicas y otros productos industriales de alta tecnología.

Cool Japan ha sido descrito como una forma de poder blando, con la capacidad de “influir indirectamente en el comportamiento o los intereses a través de medios culturales o ideológicos”.

A partir de 1980, tras el surgimiento del Ministerio de Relaciones Exteriores de Japón (MOFA), este país comenzó a aumentar sus esfuerzos de marca nacional a través del lanzamiento de una serie de televisión titulada Oshin, una telenovela que se distribuyó sin costo en 46 países. Con este y otros programas de televisión, Japón estableció con éxito la idea de Cool Japan como un método para establecer y elevar la percepción cultural del país.

Umeda Building, Osaka.

Visión a largo plazo. Las compañías japonesas son conocidas por su compromiso con el crecimiento sostenible y perspectiva a largo plazo, en vez de focalizarse en réditos inmediatos. Inversión en procesos de I+D (investigación y desarrollo), ética y trabajo en equipo, más cultivar un relacionamiento sostenido con clientes les permite experimentar nuevas ideas, correr riesgos y gestionar la innovación.

La combinación de su cultura, mentalidad y enfoque en la mejora continua ha llevado a numerosas innovaciones en diversos campos, y ha establecido a Japón como uno de los líderes mundiales en términos de creatividad y desarrollo. Y lo mejor es que puede percibirse a cada paso explorando sus ciudades, estilo de vida y legado intangible.