Ciudades equipadas

El mobiliario urbano hace la diferencia en cómo se viven los espacios públicos

Árboles que protegen del sol, asientos cómodos y limpios, papeleras, carteles de señalización; en Uruguay hay una deuda significativa en este sentido
Publicado el 26.04.2023  - 15 minutos
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Quioscos plegables de Make architects en Canary wharf (Londres).

Por Gabriela Pallares
@gabrielapallares

¿Por qué un banco urbano es clave en la percepción y calidad de vida en las ciudades? Comencemos por la idea de lo que abarca el concepto: el mobiliario urbano es el conjunto de instalaciones donde se encuentran los servicios para la atención de las necesidades básicas de la población, objetos que comúnmente se integran en la estructura urbana y que deben ser funcionales, con sentido y respeto estéticos, seguros, armónicos y con la certeza de que proporcionan beneficios concretos a quien habita los espacios en la ciudad.

Para visibilizarlo mejor, cerremos los ojos y pensemos en un lugar de uso público que nos haya cautivado por su funcionalidad y estética. Tal vez pueda ser una plaza donde los pavimentos están cuidadosamente diseñados,  puede ser que incluya alguna fuente o estanque, algunos árboles que dan sombra y protegen del sol, hay papeleras para disponer residuos, carteles de señalización de orientación o denominación, arte contemporáneo, arquitectura (permanente o efímera) de calidad, un sistema de iluminación amable y eficiente, asientos cómodos y limpios, vegetación, canteros y flora donde además habita fauna y pequeños insectos nativos que también aportan a la experiencia sensorial auditiva, servicios higiénicos de buen diseño, puestos de comida con estética atractiva, sendas diferenciadas para peatones, bicicletas u otros vehículos, espacios de ocio o deportes diferenciados. Todo eso y tanto más como se desee establecer una línea clara de proyecto y planificación de esas áreas.

Un equipamiento urbano eficiente y bien planificado tiene numerosas ventajas:

Colabora a mejorar la experiencia de disfrute y ocio para sus residentes.

• Promueve el sentido de comunidad y la interacción social, dando comodidades para distintos usos en el espacio público.

• Ayuda a posicionar la ciudad y elevar la percepción de ella haciéndola memorable para los visitantes.

• Refleja la sofisticación o lo primitivo de las políticas públicas de servicios o planificación urbana.

• Visibiliza con equipamiento tangible cuánto interés hay desde los municipios en superar estándares en el uso y disfrute del espacio público.

• Genera fuentes de trabajo relacionadas con la producción y mantenimiento de las piezas.

• Ofrecen posibilidades de personalización, carga de dispositivos, suministro de energía por paneles solares y acceso a información pública relevante.

Parada de ómnibs inteligente diseñada por Grimshaw Architects en Croydon (Londres).

Parada de ómnibs inteligente diseñada por Grimshaw Architects en Croydon (Londres).

La ausencia o precariedad del mobiliario urbano en varios lugares se comprueba, está relacionada con aumento en delitos o mínimamente con el asentamiento de actividades informales. Por ejemplo, una plaza mal iluminada o donde no hay asientos para que la gente permanezca y no solo esté de paso, genera espacios más aislados que promueven el delito. La permanencia del equipamiento en malas condiciones (aún peor que la ausencia de los mismos) psicológicamente transmite una idea de deterioro, de desinterés, de despreocupación que va rompiendo códigos de convivencia, como de ausencia de ley, de normas, de reglas, como que vale todo. Relacionado con este tema se realizó el experimento denominado La teoría de las ventanas rotas, que concluyó que el delito es mayor en zonas donde el descuido, la suciedad, el desorden y el maltrato son mayores. En 1969, en la Universidad de Stanford (Estados Unidos), el profesor Philip Zimpardo realizó un experimento de psicología social. Dejó dos autos abandonados en la calle, idénticos, la misma marca, modelo y hasta color. Uno lo dejó en el Bronx, por entonces una zona pobre y conflictiva de Nueva York, y el otro en Palo Alto, una zona rica y tranquila de California. Resultó que el auto abandonado en el Bronx comenzó a ser vandalizado en pocas horas. Perdió las llantas, el motor, los espejos, la radio. Todo lo aprovechable se lo llevaron y lo que no, lo destruyeron. En cambio, el auto abandonado en Palo Alto se mantuvo intacto. Pero el experimento en cuestión no finalizó ahí. Cuando el auto abandonado en el Bronx ya estaba deshecho y el de Palo Alto llevaba una semana impecable, los investigadores rompieron un vidrio del automóvil de Palo Alto. El resultado fue que se desató el mismo proceso que en el Bronx, y el robo, la violencia y el vandalismo redujeron el vehículo al mismo estado que el del barrio pobre. ¿Por qué el vidrio roto en el auto abandonado en un vecindario supuestamente seguro es capaz de disparar todo un proceso delictivo? No se trata de pobreza. Evidentemente es algo que tiene que ver con la psicología humana y con las relaciones sociales. Algo descuidado y falto de atención emite señales de falta de control y por ello, atrae el tipo de actividades y resultados que todos queremos evitar. Si los parques y otros espacios públicos deteriorados son progresivamente abandonados por la mayoría de la gente (que deja de salir de sus casas o de permanecer afuera), esos mismos espacios son progresivamente ocupados por los delincuentes.

Allí, la sensación es la del espacio público como epítome de abandono interior, de una ciudad que no cuida el lugar donde viven los demás, porque no mira a los otros. La prevención está al alcance de la mano en formas que se sirven del diseño y la planificación para orientar conductas humanas. ¿Qué quiero en esta plaza? ¿Que la gente pase rápido o que se queden y pasen tiempo en ella? Si es lo segundo, tendré que dotarla de sombra, asientos, puestos de comida, superficies amables para descansar, conversar, con iluminación y tanto más.

¿Qué pasa en Montevideo? Excluyendo excepciones muy puntuales (como la plaza Seregni), casi nada. El equipamiento urbano puede y debe rendir más. A modo de ejemplo gráfico, hay tres piezas claves, singulares y elocuentes que están diseminadas en la ciudad y suelen hablar con propiedad de la vida en los espacios públicos en que se insertan: los quioscos de revistas, las paradas de ómnibus y los bancos.

En cuanto a los primeros, hace un tiempo hicimos un conteo rápido de cuántos de ellos había entre la plaza Independencia y el Obelisco: unos ochenta, casi todos vandalizados, en estado precario. No se sustituyen, no se mantienen, no se desmontan, simplemente se dejan como muestra tangible de una omisión que trasciende gobiernos y permanece afectando uno de los entornos más transitados de la ciudad, su principal avenida. En ese entonces (2014) se difundieron las intenciones de hacer un llamado para la instalación de nuevo equipamiento. Demás está decir que a casi 10 años nada ha sucedido. Los quioscos en casi todas las ciudades han sido plataformas de experimentación de diseñadores locales e internacionales, cuales cápsulas de sorpresa en plazas y calles de distintas urbes, usualmente resultantes de concursos o selecciones de diseñadores referentes locales que entienden el valor de plasmar en una forma el valor de una cultura local. En la actualidad, como consecuencia de cambios en el consumo, los quioscos otrora solo de diarios y revistas se han transformado en comercios de productos al paso o de servicios específicos variados.

El caso de las paradas de ómnibus es similar en cuanto a la precariedad con que se aborda el tema. También hemos sido testigos de numerosos anuncios de licitaciones al respecto, pero del mismo modo, lo que persiste es tan primitivo como estanco. Hay que anotar que un sistema eficiente en este aspecto hoy no significa que las paradas parezcan “lindas”, sino que sean eficientes y se integren a un sistema informativo en tiempo real que estamos lejos de disfrutar. Internet de las cosas mediante, las paradas pueden, además de aportar descanso, sombra o resguardo ante la intemperie, tener pantallas táctiles o de información de líneas de ómnibus, horarios, recorridos y hasta mensajes o actividades comunitarias. Podrían permitir descargar contenidos por bluetooth o solicitar una notificación al móvil cuando está llegando el transporte. Ello va alineado con un sistema de movilidad en evolución tecnológica y de gestión y monitoreo permanente.

Algunos ejemplos de referencia. Muchos de estos ejemplos son posibles gracias no solo a una gestión integral del gobierno de la ciudad, sino a modelos de negocios de participación mixta público- privada e incluso donaciones de contribuyentes.

La construcción de nuevos paradigmas de desarrollo urbano, con foco en el modelo de ciudades inteligentes, marca una intervención estratégica en diversas áreas relacionadas con la movilidad, el medio ambiente, la energía, el emprendimiento, la creatividad y la innovación social. Es necesario crear las condiciones para que se produzca esa transición hacia ciudades inteligentes, hiperconectadas mediante información que puede ayudar a la población a tomar conciencia de las comunicaciones relevantes y facilitar la toma de decisiones. En este sentido, el Soporte de Información Urbana (UIS), y en particular las paradas inteligentes, centralizan y median distintas informaciones.

Como resumen. Es imperante una mirada visionaria, reformista y ejecutiva del equipamiento en nuestra(s) ciudad(es). Con las posibilidades y alternativas que brinda el comercio global no hay excusas. Puede hacerse escalado, puede hacerse gradual, puede hacerse por asociación y coparticipación, concurso o por compra directa, lo que no puede permitirse son dos cosas: hacerlo in house y no hacerlo. El pecado que se suele cometer es pensar que es más económico resolverlo con personal interno de una oficina municipal que jamás tendrá el know how de firmas que se dedican 100% a ello. Vale recordar lo que sucedió con los bancos en plaza Zabala.

Narrativa, construcción de marca país, diseño de experiencia y calidad de vida, de eso se trata, y quien no lo entienda quedará rezagado. Ejemplos de inspiración, modelos de viabilidad, disponibilidad de piezas de valor y estudios que los generen hay en abundancia, aquí y afuera. El desafío es estar a la altura con voluntad política y gobernanza para ejecutarlo y hacer una diferencia. De una vez por todas. n

MIT Eye Stop

Imagine que su parada de autobús local le permitiera revisar su correo electrónico, compartir información de la comunidad en un mensaje digital o monitorear la calidad del aire local. ¿Y si pudiera permitirle usar el vidrio de gran escala del refugio como pantalla táctil para enlazarla con su móvil? ¿O decirle la ubicación exacta del autobús que está esperando? Tanto en el MIT como en varias empresas dedicadas a equipamiento urbano, hoy en día las paradas de buses son un punto de enlace en una red que vincula datos de la administración pública con empresas de movilidad con los dispositivos móviles de los usuarios.

Centro de información turística de St. Paul, Londres

No se encontrará otra joya como esta de equipamiento urbano abordado en forma suprema, firmada por el estudio Make Architects, ganador de un premio RIBA (Instituto Real de Arquitectos Británicos) y convertido por derecho propio en ícono urbano. El Centro de información de la ciudad de Londres, situado justo en frente a la Catedral de San Pablo, aprovecha una impresionante lista de estrategias de construcción ecológica que incluyen el reciclaje de agua de lluvia, la energía geotérmica y los materiales reciclados y de origen local.

Estudio Diana Cabeza

Diana Cabeza es la referente regional en temas de equipamiento urbano. Sus piezas han sido galardonadas internacionalmente y vendidas a municipios de Tokio, Zúrich, Chicago y Nueva York, entre otros, además de varias ciudades argentinas. Interpretan la vida pública en el amplio sentido comunitario, ofreciendo soluciones estandarizadas y personalizadas de gran calidad formal y de producción. Muestra de ello son los refugios peatonales del Metrobus, de su autoría, que resistieron el asalto de multitudes cuando Argentina se hizo con la Copa del Mundo de Fútbol en Catar el pasado año. Si se presta atención, además, una visita por Puerto Madero también puede dar una idea de su trabajo.

The Tokyo Toilet Project

Uno de los proyectos más interesantes (y sí, a costa de un presupuesto sustancial, pero ejecutado con participación privada) se llevó a cabo en Tokio, donde también existe el estigma que rodea a los baños públicos; pueden estar sucios, apestosos y ser un lugar donde uno quiere pasar el menor tiempo posible. Pero ahora, gracias al proyecto The Tokyo Toilet, esas piezas de mobiliario urbano han servido para posicionar la gestión del municipio de la ciudad: 16 diseñadores y arquitectos de todo el mundo rediseñaron 17 ubicaciones de baños públicos en Shibuya para que sea una experiencia mucho más agradable cuando la naturaleza llama fuera de casa.

Convocar especialistas, incluso ganadores del premio Pritzker, para la tarea es lo que hizo en el año 2020 la municipalidad de Shibuya en Japón, junto con la Fundación Nippo en The Tokyo Toilet Project, como parte del proyecto que buscaba mejorar la percepción de los baños públicos en la ciudad. Algunos con tecnologías de punta como los diseños de Shigeru Ban, ubicados en Yoyogi Fukamachi Mini Park y Haru-No-Ogawa Community Park, cuentan con una configuración de vidrio, que permite a las personas ver desde el exterior si el baño está limpio, así como si hay alguien dentro. Una vez que se cierra un puesto, el vidrio se vuelve opaco. Por la noche, los baños se iluminan como linternas en el parque.

Eso sucede cuando la planificación excede la mera función y alcanza niveles de atención a detalles y excelencia, bajo los modelos de negocios que lo permiten, en las antípodas de nuestra latitud y visión.

Santa & Cole, Barcelona

Otro ejemplo de maravillas en diseño de piezas urbanas: Santa & Cole es una firma originaria de Barcelona, que ha construido y gestionado un catálogo reconocido, protegiendo siempre la propiedad intelectual de sus autores. Desde sus inicios ha contado con la colaboración de una multitud de diseñadores y ha mantenido unos criterios de selección propios de la escuela Bauhaus: solidez constructiva, sobriedad estética y calidad funcional.

Su catálogo abarca diseños clásicos y contemporáneos que representan casi 90 años de la historia del diseño. Han colaborado con más de 90 autores, entre los cuales figuran nombres internacionales como Vico Magistretti, Arne Jacobsen y Philippe Starck. 

Con el fin de poner a punto la ciudad de Barcelona para los Juegos Olímpicos de 1992, Santa & Cole dio asistencia a los diseñadores, técnicos municipales y arquitectos en la producción de proyectos urbanos, conformándose de este modo el primer catálogo de elementos urbanos de la editora.

Desde entonces, la división urbana siguió creciendo hasta representar en 2010 el 70% del negocio. En 2018, se distinguió como entidad propia y distinta de Santa & Cole bajo el nombre de Urbidermis, aunque dentro del mismo holding, Intramundana.

Programa City Bench y Adopt a bench del Gobierno de Nueva York

NYC DOT (Departamento de Transporte de Nueva York) administra y mantiene más de 2100 city benches (bancos urbanos) en toda la ciudad, y el programa crece cada año. City Bench proporciona asientos públicos para que las calles de la ciudad sean más cómodas, especialmente para los peatones y los pasajeros del transporte público. 

El DOT prioriza los vecindarios y los corredores claves para lograr diseños de mobiliario urbano coordinados y de alta calidad para rastrear y mantener mejor todos los que están activos en sus calles. Además, invita al público a sugerir nuevas ubicaciones en aceras públicas al tiempo que permite donaciones particulares que se suman al acervo general.

En cuanto a las plazas, fomenta la participación público–privada y posee recepción de proyectos efímeros, de un día, provisorios o permanentes, con instalaciones artísticas que se renuevan periódicamente.

Por su lado, el programa Adopt a bench se promueve bajo el lema: “Cuente su historia en Central Park y ayude a mantener los 10.000 bancos del parque y sus paisajes circundantes”, un maravilloso modelo de negocios que se visibiliza en cada dedicatoria que aportan narrativa y emoción al paisaje. Por 10.000 dólares se puede dedicar un banco a un familiar y de paso colaborar para mantener el stock de mobiliario urbano para ser disfrutado por todos. Hasta la fecha se han donado más de 7.000 bancos, en oportunidades de rememorar a un ser querido, como regalos de cumpleaños, de graduaciones, aniversarios y hasta pedidos de mano. Como anécdota, el estafador Bernard Madoff tenía varios bancos dedicados a sus padres, que han sido cívicamente boicoteados: ahora nadie quiere sentarse en ellos.

En 2010, se aprobó en la ciudad de New York un contrato global de 20 años para la fabricación e instalación de 3.300 paradas de autobús, 330 quioscos de periódicos y 20 baños públicos. El proyecto de estas piezas de mobiliario urbano son de la firma Grimshaw Architects, que dirige el arquitecto británico Nicholas Grimshaw y fabricadas por la empresa española Cemusa. Si bien el proyecto no estuvo exento de polémica, muchas de esas piezas pueden verse en la ciudad hoy y formaron parte de una reestructura integral del mobiliario urbano.

Indio da Costa para la municipalidad de San Pablo

El diseñador carioca dirige un estudio multidisciplinario de arquitectura, galardonado internacionalmente, especializado en diseño industrial de movilidad de alta tecnología. Fue el responsable del diseño de los refugios de San Pablo que, con toque brutalista, recuerdan la arquitectura de Niemeyer. Una poesía evocativa de la historia local, repetida en cientos de oportunidades cual hilo conductor de la ciudad.

Arquitectura, innovación y diseño
2023-04-26T16:21:00

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