Interiorismo
Así fue la transformación de un primer piso oscuro a uno radiante en el barrio Palermo de Buenos Aires
Un departamento oscuro y de distribución dudosa pasó por una remodelación para convertirse en el nuevo hogar luminoso y colorido de una familia comandada por un arquitecto y una interiorista
@gabrielapallares
Un departamento que parecía el equivocado resultó en el nuevo hogar de la diseñadora de interiores Martina Correa y su esposo, el arquitecto Tomás Magrane, un matrimonio de amantes del arte y la buena vida. Aquí el testimonio de cómo transformaron un primer piso oscuro en uno radiante en el que despliegan todos sus gustos y pasiones.
Él es uno de los arquitectos jóvenes más requeridos en la escena porteña. Ella es interiorista, de un perfil bajísimo y un gusto exquisito. Juntos ya encararon varias mudanzas y varias reformas. Todas brillantes. Pero esta es, quizás, la definitiva.
“Cuando empezamos a buscar, yo me imaginaba un piso alto con vista al río. Este departamento era un primer piso así que lo descartamos. Pero la inmobiliaria nos insistió. Y cuando llegamos nos dimos cuenta por qué: al fondo tenía algo único en esta ciudad: un patio inmenso”, cuenta Tomás.
Entre otros múltiples talentos, él es un experto en transformaciones radicales y en este caso particular, ejecutó todos sus deseos y conocimientos para lograr un nuevo hogar a imagen y semejanza de ambos, un joven matrimonio con dos hijos.
Todo, absolutamente, fue milimétricamente pensado, deliberado y consensuado entre los dos. “Como sufro cuando hay desorden y mi mujer es más desordenada o más normal que yo en ese aspecto, intento hacer ciertas concesiones estéticas pero con múltiples espacios de guardado”.
A este departamento le aplicaron cirugía mayor y más de un año de dedicación. Al frente, se ubicó un amplio living y comedor con una conexión directa a la cocina. “Nos han preguntado: ¿por qué no pusieron el living atrás? Además de que era complicado por la planta, agradezco tener la parte privada conectada al exterior: los cuartos son más silenciosos y podemos salir de ahí directo a la terraza”, dice el arquitecto.
Originalmente, el living y comedor estaban divididos por una puerta corrediza. Ellos, en cambio, decidieron volar divisiones, unir ambos espacios y colocar una enorme biblioteca, de piso a pared. “Me aburre la idea del comedor solo como comedor porque no se usa. Por eso colocamos una biblioteca y un sillón que lo integran al living y además deja de ser un lugar solo para comer: ahora lo aprovechamos para trabajar, para leer”.
Al momento de plantear la reforma les interesaba tener una cocina más amplia que la original, y para lograrlo unieron un comedor diario oscuro y una antecocina alargada y angosta. “En esta obra preferimos darle un color greige (entre gris y beige) que continúa con el tono de la recepción”. Esa unión cromática fue lograda de forma impecable al optar por un mármol con terminación leather texturado en la barra y las mesadas. Además, la cocina se integra o se separa del comedor gracias a una puerta corrediza que originalmente dividía el comedor del living.
La casa es una caja de sorpresas y de las buenas, que comprueban cómo la buena arquitectura puede transformar una planta oscura, destruida, en un magnífico hogar donde todos y cada uno disfruta del buen diseño, del buen arte, sin acartonamiento.
Producción: Silvina Bidabehere y Mariana Rapoport / surpress.agency. Fotos: Javier Picerno
Se trata de una obra sobre la Ley Forestal, del estudio MAPA + INST y el músico Carlos Casacuberta que propone la sinergia entre varias disciplinas Publicado el 29.03.2023
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