Nueva vida a los edificios históricos

¿Por qué las construcciones antiguas se merecen otra oportunidad?

Publicado el 27.09.2022  - 9 minutos
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Tienda Samic

Por Gabriela Pallares

La sustentabilidad ambiental y la economía circular son claves para el nuevo concepto de ciudad, en donde cada vez está más presente la importancia de rescatar edificios históricos como una oportunidad para promover su identidad cultural. Esta idea se sustenta en una premisa bastante básica: el edificio más sostenible es aquel que ya está construido y el más ecológico es el que no se construye, por lo que su conservación y su reutilización parecen ser un acierto sin contraindicaciones. A su vez, que en una ciudad existan obras con historia y huellas claras de una época cultural aporta diferenciación y narrativa, mejorando su competitividad y posicionamiento ante un ciudadano global que valora más que nunca el diseño de experiencias.

Si bien no hay muchas dudas acerca de que este es uno de los caminos para revitalizar ciudades y fortalecer comunidades más habitables, vibrantes y creativas, los debates respecto a la importancia de la preservación de edificios que acogen determinado valor patrimonial o histórico se instalan en la agenda con cierta periodicidad. Sucede desde hace varios años, con la demolición de obras montevideanas como la fábrica Assimakos en Malvín y la residencia Castellanos en Pocitos o el hotel San Rafael en Punta del Este.

Todas estas construcciones supieron marcar la arquitectura de una época, por lo que sin dudas se da una pérdida de valor patrimonial y contextual, que suele estar acompañada por el levantamiento de voces tanto de profesionales entendidos en el tema como de organizaciones defensoras y público en general. Esta situación que se repite cada tanto exige una reflexión más profunda: sí, estos edificios recuerdan nuestra identidad cultural y de ahí se desprende su valor para el entorno, pero ¿quién debe ocuparse de protegerlos?

Habitualmente estas construcciones de carácter histórico tienen una protección cautelar por parte de las intendencias, el problema es que los plazos caducan y a veces nadie se encarga de renovarlos. En estos casos quedan en evidencia ciertos vacíos legales y desconexión entre entidades que a priori deberían cumplir roles más activos en la gestión de bienes patrimoniales. A su vez, el patrimonio cultural urbano debería ser un gesto plausible de inversión del sector privado y no solo propiedad de lo público. Esto quiere decir que no se debe esperar todo por parte del Estado, aunque sí deberían existir ciertos incentivos como concursos universitarios, fondos de inversión o exoneración de tributos.

Hotel Alma Histórica

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Si bien hay notoriamente una falla a nivel de autoridades, no todo es responsabilidad suya. Hay un mercado que no tiene la educación o sensibilidad para dejar de demandar un tipo de edificio que se promociona como sustentable e inteligente. Así como en la moda se dejaron de consumir pieles naturales o se avanza sobre soluciones de tracking de procesos de producción, debería ir desplazándose del imaginario colectivo la idea de que moderno es igual a vanguardia.

Lo cierto es que el vínculo entre lo patrimonial y lo urbanístico ha sido complejo desde siempre, en parte, porque el bien patrimonial se focaliza en el respeto por el pasado más que en las necesidades del presente. El desafío es, entonces, encontrar la forma de innovar sin renunciar a esas huellas que hacen a nuestro acervo cultural, cuestionando el concepto de que lo nuevo es mejor y comprendiendo que estos espacios patrimoniales tienen un gran potencial no solo como objetos de restauración, sino como plataformas de articulación entre el pasado, el presente y el futuro.

Hotel Alma Histórica

Hotel Alma Histórica

En Montevideo son varios los casos exitosos de empresas y negocios de distinta escala que se instalaron en estructuras antiguas reformuladas y encontraron en esta apuesta un desafío estimulante para desarrollar sus actividades. Algunos ejemplos son la cafetería Farmacia, las oficinas de Scotiabank y Santander en Ciudad Vieja, los hoteles Casa Roberto y Alma Histórica, las oficinas de Magnolio Group, la cafetería Culto de Ciudad Vieja, la sede del Banco Interamericano de Desarrollo, la librería Puro Verso y el Centro Cultural de España.

En las grandes ciudades abundan modelos de arquitecturas milenarias adaptadas a nuevas utilidades. No faltan en Roma y Milán sectores que conservan fachadas intactas y habitan modernidades en su interior o empresas multinacionales que apuestan a obras antiguas para montar sus oficinas y locales: Google en la vieja terminal St. John’s en Nueva York o el Apple Tower Theatre en Los Ángeles.

La preservación proporciona identidad, contribuye a la sostenibilidad, fomenta una economía sólida, estimula la creatividad y da sentido de pertenencia en un mundo en constante cambio. Los proyectos de preservación pueden crear oportunidades para que los residentes de todos los niveles de ingresos vivan, trabajen y se recreen. Está probado por diversas investigaciones que los barrios con una combinación de edificios antiguos y nuevos se desempeñan mejor a lo largo de una serie de métricas sociales, económicas, culturales y ambientales, que los que solo lucen arquitectura contemporánea.

Café La Farmacia

Café La Farmacia

El premio que marcó un precedente mundial. En 2021 el Premio Pritzker de Arquitectura (el máximo galardón de este rubro a escala global) otorgó su reconocimiento más importante al estudio francés Lacaton-Vassal. El hecho no solo habla del reconocimiento a un trabajo incesante y coherente que desde hace tres décadas prioriza el impacto medioambiental —aun cuando la sustentabilidad no era moda—, sino que significa un antes y un después en cuanto a la consagración de una arquitectura funcional, responsable y austera. Resulta novedosa la mirada con la que se ha apreciado el camino de los arquitectos Anne Lacaton y Jean-Philippe Vassal, que desde sus primeros pasos en la industria han mantenido una premisa clave que recorre transversalmente todos sus proyectos: jamás demoler.

A través del diseño de viviendas sociales y privadas, instituciones culturales y académicas, desarrollos urbanos y espacios públicos, el estudio realiza intervenciones para actualizar la infraestructura preexistente y priorizar el enriquecimiento ambiental, social y económico con ánimos de contribuir al ciclo evolutivo de toda ciudad. Su trabajo refleja el espíritu democrático de la arquitectura en tanto herramienta que permite resolver problemas y limitaciones a través de la restauración, sin por ello dejar de innovar.

Este premio vuelve tangible un cambio de perspectiva en el que ya no se valoriza aquella arquitectura del espectáculo que tantos desastres energéticos, problemas urbanísticos e incoherencias sociales o de gentrificación ha provocado con construcciones millonarias cuyo único fin era el impacto visual per se. En otras palabras, el anuncio de Pritzker no hace más que dar paso a una arquitectura concebida como reactivación de comunidades, que utiliza estructuras en desuso para modernizarlas a través de una asignación inteligente de recursos sostenibles acordes a las necesidades de las personas.

Escaramuza

Escaramuza

El diálogo que Lacaton y Vassal proponen entre lo antiguo y lo nuevo amplía el ecosistema arquitectónico, alargando la longevidad de las construcciones y creando espacios que respetan el entorno. Las utopías modernistas de mejorar la vida de muchos se revitalizan a través del trabajo de este estudio que, desde su fundación en 1987, responde a las emergencias climáticas, ecológicas y urbanísticas de los tiempos que corren. Este enfoque resulta en numerosos proyectos innovadores, particularmente en Europa, que incluyen importantes obras como la transformación de un antiguo hospital en un edificio de media altura en París, edificios de uso mixto que ofrecen espacios hoteleros y comerciales en Toulouse, residencias unifamiliares y viviendas sociales en varias ciudades de Francia, apartamentos privados y oficinas en Alemania, Suiza y Bélgica, entre otros tantos.

¿Por qué vale la pena mantener edificios históricos?

· Porque estamos en la era de una economía circular. La demolición de casas antiguas se contradice con el discurso de cuidado medioambiental. Al igual que las personas, los edificios tienen un gran impacto en el entorno: solo en términos de energía, la construcción de una vivienda nueva en relación con una antigua renovada tomaría de 6 a 50 años en equipararse.

· Porque aportan un diferencial a los grandes centros urbanos. Ya sea por la convivencia de obras históricas con construcciones contemporáneas o por la reutilización adaptativa de la arquitectura, los edificios antiguos definen la memoria y el carácter de una ciudad. En el mundo se puede encontrar un número creciente de ejemplos de ciudades exitosas que logran conservar antigüedad mientras aportan modernidad.

· Porque la posibilidad de planificación de recorridos turísticos de calidad radica en los diálogos con estas preexistencias. La herencia cultural es el ADN mediante el cual una ciudad puede diferenciarse de otra en el escenario global, diseñando experiencias y narrativas memorables que se impregnan en sus visitantes. No en vano, las ciudades que más turismo reciben no son Chandigarh, Brasilia o Songdo, sino París, Barcelona, Londres o Madrid. Esto se basa en la infinidad de posibilidades que esa dialéctica genera en la construcción de una ciudad como ingreso de divisas en turismo, cultura y negocio.

· Porque la interacción entre ámbitos públicos y privados que requiere la adaptación de arquitectura patrimonial tiene beneficios comunes. La conservación de sitios patrimoniales y edificios antiguos debería coincidir con el ejercicio de derecho a la ciudad, concebida como un organismo vivo que hace y siente. Debe existir, entonces, un marco de gobernabilidad, esto es la posibilidad de interceptar intereses públicos y privados en pos de un mayor beneficio comunitario. Cada vez que trasciende una noticia de demolición de una casa antigua, la indignación popular es inmediata pero la reflexión debería ser: ¿qué es lo que está fallando en el proceso de inscripción de obras que lo permite y cómo se puede corregir? Y así establecer los canales y escenarios para hacer que las cosas sucedan y se perfeccionen, en lugar de que se reiteren los errores por desidia.

Arquitectura, innovación y diseño
2022-09-27T16:49:00