Tras bambalinas
Volver a bailar: El detrás de escena del ensayo de El Mago de Oz
El detrás de escena del ensayo de El Mago de Oz, del Ballet Nacional del Sodre es un espectáculo. Los bailarines cosen las zapatillas, calientan las puntas y practican cada paso de la coreografía, mientras el staff ajusta los atuendos y los tocados.

Foto: Adrián Echeverriaga
El detrás de escena del ensayo de El Mago de Oz, del Ballet Nacional del Sodre (BNS), es un espectáculo en sí mismo. Alrededor de 20 bailarines van de un lado para otro en busca de sus trajes, colgados en largos percheros y con su correspondiente etiqueta con el nombre de cada persona y el número de cada acto. Otros buscan a quien pueda achicarles el vestido o el traje. Ahí es cuando seis mujeres del staff aparecen al rescate. Con agujas, hilos, cinta adhesiva y marcadores ajustan atuendos sobre los cuerpos fibrosos y marcados de los bailarines, sacan moldes —como lo hicieron con la boca del bailarín que interpreta al León, para poder hacerle los bigotes en el próximo ensayo— y arman los tocados para cada cabeza, que van desde coronas con mariposas o de plumas negras, un sombrero hecho de tuercas y una melena, hasta una gorra de baño blanca característica de los bañadores en los años 20.
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