Los héroes del momento
Los vacunadores, esas figuras anónimas que inyectan espíritu de esperanza
Con la tarea de inyectar en la población la posibilidad de la inmunidad, quienes trabajan en la vacunación suman unos 800 en todo el país y se paran frente al virus con la mejor de las fuerzas

Se lee un "gracias de corazón" en un post it amarillo. "Deseo expresarles mi agradecimiento por su excelente labor de sacrificio y entrega en favor de todos", dice en letra cursiva en una hoja arrancada de un cuaderno. Otra letra escrita con lapicera azul agradece el gigante esfuerzo del personal de salud. Estas cartas son algunas de las tantas que se acomodan en los estantes de la gran mayoría de los vacunatorios del país. También llegan dibujos de mandalas, bombones, cupcakes, masitas y galletas. Son regalos que les dejan los pacientes a quienes trabajan en los centros de vacunación. Carolina Cabrera, vacunadora en el Pereira Rossell, cuenta que hasta le han dejado vino y que le llama la atención lo agradecida que está la gente con ellos. Carolina pasa seis horas del día pinchando brazos, uno tras otro. Hubo días en los que en su lugar de trabajo llegaron a vacunar a mil personas. "Las personas nunca vinieron tan contentas a vacunarse", comenta Victoria Casas, compañera de Carolina, mientras acomoda la silla en la que el próximo en la agenda se va a sentar para recibir la segunda dosis de la vacuna contra el Covid-19.
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